WTA 2020: Lo mejor de la temporada en siete claves

Dentro de todas las variantes, perfiles, tendencias y altibajos que han convertido al circuito WTA en una jungla sin rey león, sí encontramos algunos hábitos que ya nos resultan familiares. Como por ejemplo, disfrutar del mejor tenis de Naomi Osaka durante un gran torneo –como mínimo– cada temporada. Pasó en el US Open 2018, se repitió en el Open de Australia 2019 y ha vuelto a suceder en el US Open 2020. La japonesa no es la raqueta más regular, aunque podría llegar a serlo. Sin embargo, tiene carga con tanto potencial que es imposible que no se le caigan los Grand Slams. Lleva tres en tres finales, más de lo que cualquiera jugadora de 22 años hubiera soñado.

El vestuario femenino empezaba esta temporada teniendo 16 diferentes campeonas de Grand Slam en sus filas. Si pensaban que era un número límite, se equivocaron. Todavía había hueco para dos más: Sofia Kenin e Iga Swiatek. La estadounidense venía avisando desde hacía meses gracias a su trabajo semanal y la suma de puntos constante en su ejercicio. La segunda, por muchísimo talento que le supusiéramos, ni locos podría imaginarse que partiendo desde fuera del top50 terminaría copando la Torre Eiffel sin ceder un solo set en quince días. Lo dicho, cuando creemos que la WTA ya no puede sorprendernos más, siempre quedan capítulos por escribir.

Pero si tuviéramos que quedarnos con una historia, con una jugadora, con una victoria en este 2020, no sería una victoria dentro de la pista. Victoria Azarenka, la renacida, descolgó unas raquetas que ya estuvieron a punto de quedarse congeladas en su armario para volver a sacar su instinto competitivo, su carisma, su talento… y su tenis. Por encima de todo, su nivel de tenis, el que le llevó a ser Nº1 hace ocho temporadas y el que casi la convierte de nuevo en campeona de Grand Slam. Siempre es una gran noticia recuperar a una leyenda de este calibre, solo por eso ya podemos decir que este 2020 mereció la pena.

Empezó el año ganando un título menor en Auckland y, desde entonces, no volvieron a llegar buenas noticias. Derrotas contra Wang, Sevastova, Rogers, Azarenka y una retirada antes de medirse a Pironkova. Pese a todo, los resultados no fueron del todo malos, de hecho a punto ha estado de mantenerse en el top10, pero su sombra es cada vez menos aterradora. Cada vez son más las rivales que le encuentran el punto y cada vez son más años los que indica su pasaporte. El reto del 24º Grand Slam sigue en el programa, sin cumplir, esperando que la estadounidense obre algún día el milagro y así poder irse tranquila. De momento, este tampoco fue su año.

No solo en la élite pasan cosas impresionantes. Fuera del top100, aunque sea un reducto donde no siempre llega la luz, a veces se descubren auténticas obras de arte que admirar. La de este año tiene nombre y apellidos: Nadia Podoroska. La argentina empezó el curso #255 del ranking, disputando torneos ITF y al borde de los 24 años. No eran malos ingredientes, sobre todo viendo el trabajo que empezaba a acumular en sus espaldas. Todo ese esfuerzo explotó en Roland Garros, saltando desde la fase previa, hasta semifinales. Rompiendo la barrera del top50 y haciendo historia para su país y toda Sudamérica. Hoy ya es una más de ese círculo privilegiado, aunque no son pocos los que afirman que lo mejor todavía está por llegar.

Entre el parón, la cancelación de los torneos y una pandemia totalmente extendida, era normal que muchas jugadoras no encontraron el ritmo, el tiempo o directamente el estado de forma necesario para salir ahí fuera a pelear por cada punto. Hubo algunos que no tuvieron ni el valor para intentarlo, quizá tampoco la necesidad. Ash Barty es el caso más curioso, cerrando la temporada en lo más alto pese a no disputar ningún torneo desde febrero. Una situación increíble, pero real. Bianca Andreescu directamente ha quedado inédita en 2020, con el casillero de partidos por estrenar. Otras que sí lo intentaron pero sin suerte fueron Pliskova, Svitolina, Keys, Kerber o Bencic. Triunfo arriba, triunfo abajo, ninguna recordará con especial cariño este calendario.

Obviamente, no podemos olvidarnos de las nuestras. Aquí sí tenemos grandes noticias, como la gran regularidad de Garbiñe Muguruza durante casi todo el 2020 (parcial de 23-8 aunque sin títulos), el subidón de Sara Sorribes hasta acariciar casi su mejor ranking (actualmente es 66º del mundo) o el salto de altura de Paula Badosa, poniendo los pies en segunda semana de Roland Garros y colándose entre las 70 mejores. Una pena que la enfermedad de Carla Suárez aparte todas estas alegrías, aunque la canaria tiene claro el camino hasta la meta. La suya será la primera victoria que celebremos en 2021.