Yannick Noah, el oasis galo en 74 años malditos de Roland-Garros

Más abajo, Ilustres como Tsonga, Gasquet, Chardy o Lucas Pouille, el único que no sobrepasa la treintena y que no ha logrado igualar las expectativas creadas tras alcanzar semifinales en el Open de Australia de 2019.

Pese a la conquista de la Ensaladera en noviembre de 2017, la realidad es que el tenis galo vive estancado y sin un futuro prometedor. Sin líderes, sin jóvenes promesas que den un paso adelante y sin una sola señal de que alguno de los tenistas galos es capaz de ganar un Grand Slam. El último que pisó una final fue hace 12 años (Tsonga, en Australia) y de la última conquista hace ya 37.

En Roland-Garros se han acostumbrado a ver levantar la Copa de los Mosqueteros a un tal Rafael Nadal. El público jalea a sus tenistas y les despide con cierta resignación, sabiendo que en París pocas esperanzas hay de volver a ver un francés campeón en mucho tiempo. “Durante 20 años, mi deseo era que nadie ganara Roland Garros después de mí”, declaraba en Marbella un exultante Yannick Noah, el único jugador local que ha ganado en París en casi 75 años. Fue un 5 de junio de 1983 en un estadio abarrotado, que catalogó al propio Noah como héroe nacional.

No sólo significaba el primer trofeo de un francés desde 1946 (Marcel Bernard disfrutó de la conquista en la grada), también supuso un triunfo sorprendente ante un rival que pese a su juventud se consideraba más que favorito. Mats Wilander contaba entonces con 18 años, pero llegaba como vigente campeón y con una racha impoluta desde que debutara en el torneo júnior dos años antes. Noah, que se había destapado como ‘matagigantes’ (ya había roto una racha de 44 victorias de Lendl y otra de 43 en tierra batida del propio Wilander), derrotó al sueco en tres sets, ganando los dos primeros con relativa facilidad y sufriendo para llevarse el título en el tie break del tercero. Con un estilo ofensivo y valiente (aquel día subió continuamente a la red), el gigante de 1,93 metros dejó con la boca abierta al circuito levantando una Copa que en muchas ocasiones la ha descrito como “su tesoro”.

“Estoy doblemente feliz, porque nunca hubiera podido conseguir esto solo. Es el triunfo también de mi familia, de mis amigos y de la Federación francesa. Creo que hemos estado esperando demasiado tiempo por una victoria francesa en Roland-Garros”, declaró un emocionado Noah al término del encuentro, instantes después de fundirse en un abrazo a su padre, que saltó a la pista cual espontáneo. Zacharie Noah, camerunés de nacimiento y exjugador de fútbol, dejó una instantánea para la historia del tenis francés y de Roland-Garros.

Yannick, un showman al estilo de Monfils, solo ganaría aquel Grand Slam, además de otros 13 títulos y una Copa Davis en 1991 que también resultaría histórica: era la primera en 59 años para Francia. Sin duda, Noah se consagró como el gran talismán galo: la volvió a ganar como jugador en 1996 y después como capitán en 2017. Pero nada supera el hito de París: “Crecí como estudiante cerca de Roland Garros, soñando que ganaría allí algún día. Por eso, esa pista es tan especial para mí. Yo no podía imaginar que algún día jugaría allí y ganaría el torneo”.

Este miércoles, puedes disfrutar a partir de las 19:00 horas en Eurosport 1 de aquel legendario partido entre Yannick Noah y Matts Wilander gracias a You Say, We Play.