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Javier Lorenzo: "No hay deporte tan complicado de arbitrar como la esgrima"

PorEFE

Publicado 01/07/2016 a las 13:44 GMT+2

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Fuente de la imagen: EFE

Madrid, 1 jul (EFE).- El español Javier Lorenzo, árbitro internacional de esgrima seleccionado para participar en los Juegos Olímpicos de Río, opina que su deporte "es el más complicado de arbitrar" y que "solo la experiencia de haber sido antes esgrimista" proporciona la destreza necesaria para hacerlo.
"El árbitro de esgrima está solo, tiene que ver movimientos muy pequeños hechos a gran velocidad. En otros deportes las acciones son mucho más visibles, hay un panel de varios jueces y se eliminan la nota más alta y la más baja. En esgrima eres solo tú", dijo Lorenzo en una entrevista con Efe.
La introducción del vídeo, sin embargo, ha eliminado de la esgrima "los grandes escándalos por errores arbitrales". Si el propio árbitro tiene dudas o si algún equipo se lo pide, revisa el vídeo con el árbitro asistente antes de tomar una decisión.
Por segunda vez consecutiva, España no ha clasificado a ningún esgrimista para los Juegos Olímpicos. La representación correrá a cargo de Lorenzo y, recuerda, José Luis Álvarez, entrenador de sable femenino en el equipo de México.
El árbitro admite que "el gran problema de la esgrima olímpica es que no se entiende".
"Si para un ojo experto es muy complicado, cuánto más lo será para un ojo novel", dice este árbitro "con fama de tarjetero", fama que atribuye a que los esgrimistas "no están acostumbrados a arbitrajes exigentes".
Nacido en Madrid en 1960, fue campeón de España júnior de florete en 1980 y miembro del equipo nacional durante cinco años, hasta que abandonó la competición a los 21 años para centrarse en los estudios de Periodismo. Tiene una larga experiencia como periodista en prensa, radio y televisión y ha publicado tres novelas, la última 'El error azul' (2011).
He dado clases en la escuela de arte dramático, donde la esgrima es asignatura obligatoria.
Estaba seleccionado para acudir como árbitro a los Juegos de Pekín, pero salió de la lista "por poner en solfa las condiciones de trabajo" del colectivo en una carta titulada 'Esclavos olímpicos'.
Para los Juegos, la Comisión de Arbitraje de la Federación Internacional elige a los 40-50 árbitros que considera los mejores del mundo. Entre esos, hay una 'élite' de ocho en la que Lorenzo figura en la modalidad de florete. Tiene licencia de árbitro en las tres armas.
Lorenzo habla y no para de las virtudes de la esgrima, que define "no solo como una actividad física fabulosa, sino también un estilo de vida".
"Los valores que representa son fantásticos. Tiene un componente romántico y caballeresco, pero otro que hay que valorar muchísimo que es el mental. Es un ajedrez en el que tú eres el rey. Es un deporte perfecto para solitarios, gente con una rica vida interior, con una pulsión individualista", se extiende.
Además, recuerda que es uno de los cinco deportes con menos lesiones y aporta un dato fruto de su experiencia: "Conozco a muy pocos esgrimistas que hayan tenido un accidente de coche. Es una cuestión de reflejos".
El árbitro reivindica también el rol histórico de España "como el país inventor de la esgrima moderna, el que cambió el mandoble por la estocada". Y defiende el término 'esgrimista' frente al de 'tirador': "Es un galicismo que induce a la confusión con otros deportes".
Por eso lamenta la ausencia de españoles en los Juegos, que achaca a varias causas.
"Los recortes han laminado la esgrima y el deporte español en general. La Federación Española tiene un tercio del presupuesto que tenía. El presidente lleva cuatro años sin cobrar, porque renunció a un sueldo que se había aprobado en asamblea", señala.
"Las selecciones nacionales están en un estado de penuria casi absoluto. La mayoría de los seleccionados se pagan los viajes gracias a sus familias, con algo de ayuda de la federación. Se puede hacer de otra manera, hay que buscar fórmulas imaginativas", sugiere.
Pese a todo, hay "buena cantera" y menciona los casos de Carlos Llavador, bronce europeo en florete; Yulen Pereira, subcampeón del mundo júnior en espada; y Araceli Navarro, que ya fue olímpica en sable en Pekín 2008.
Respecto a la gestión del actual equipo directivo de la Federación Española, que preside Marco Antonio Rioja, Lorenzo subraya que no puede "decir nada en contra" y sabe de sus "muy buenas intenciones".
"Pero llevan las mismas personas 16 años y en los últimos 8 no hemos tenido representación olímpica. Sé que en las próximas elecciones habrá alguna otra candidatura que a lo mejor ofrece otras cosas. Tendrá que valorarlo la asamblea", afirma.
Javier Lorenzo señala sin reservas que el concepto de universalidad que impera en los Juegos Olímpicos "hace daño a algunos deportes, entre ellos la esgrima", porque impide que a los Juegos vayan los mejores.
"La competencia en Europa por conseguir una plaza olímpica es infinitamente superior a la que hay en otros continentes, si bien es cierto que gracias a la universalidad se está desarrollando la esgrima en muchas partes, como el norte de África. Pero en Europa hay decenas de países fuertes y para los españoles es muy difícil conseguir una plaza", apunta.
Además, "cada vez menos competiciones internacionales en España, producto de una pérdida de influencia en la Federación Internacional".
"No nos llevamos bien con los rusos (el presidente desde 2008 es Alisher Usmanov, de esa nacionalidad), pero hay que tener más mano izquierda porque son ellos los que tienen el poder", destaca.
Las inversiones estatales deberían tener en cuenta, a su juicio, que la esgrima es un deporte muy 'agradecido' porque reparte muchas medallas -30 en total en los Juegos de Río-.
Deporte en continua evolución tecnológica, Lorenzo sostiene que la esgrima tiene aún mucho camino que recorrer.
"Posiblemente acabará convertida en otro deporte. Ahora que no hacen falta cables, las pistas podrían hasta ser redondas", comenta.
El árbitro español va más allá y sostiene que "podría haber, como en boxeo, una esgrima aficionada y otra profesional".
"A principios del siglo pasado se hacían en las universidades alemanas 'duelos a la sangre', que ahora podrían transformarse de algún modo, aunque lo veo difícil porque la sociedad actual escamotea a los jóvenes todo lo feo, lo doloroso. Hay otros muchos deportes en los que hay golpes, sangre, tortazos y no pasa nada", defiende.
"La esgrima es un arte marcial y ahora mismo ha quedado como un arte de salón", dice con pesar.
Lorenzo elige entre todos los esgrimistas que ha visto al ruso Alexander Romankov, 'el brazo pensante', campeón olímpico en Seúl'88. Por delante del tristemente célebre Vladimir Smirnov, triple medallista olímpico en Moscú'80, que murió durante los Mundiales de Roma'82, a los 28 años, al romperle el arma de un contrario la careta y alcanzarle el cerebro a través del ojo.
"Estuvimos a punto de tener un problema parecido con las caretas transparente, así que decidimos quitarlas", afirma.
Para este árbitro, el hecho de que el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, fuera campeón olímpico en esgrima solo puede suponer beneficios para esta disciplina "y todas las minoritarias".
"Se le supone una sensibilidad mayor hacia ellas. Es una garantía de permanencia en el programa olímpico. Bach sabe perfectamente lo que es este deporte, lo difícil que es aprenderlo y también que es difícil perder las facultades", apunta.
Los árbitros de esgrima se jubilan a los 60 años, por lo que Lorenzo aún podría participar en Tokio 2020. Pero cree que los de Río serán "los primeros y los últimos" porque es partidario de la renovación. Y afirma que, si le toca arbitrar alguna final olímpica, lo cambiaría con gusto "por haber visto a un esgrimista español en esa final". Algo que, al menos en Río, no será posible.
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