Para mí, como para Fernando Alonso, estas serán mis primeras 24 Horas de Le Mans

Fernando tiene a Toyota, el mejor equipo posible para el asalto de la prueba de resistencia reina del automovilismo, y en mi caso formo parte, y procuraré no desentonar, de otro auténtico equipazo con tres cracks como Javier Rubio, Santi Ayala y, sobre todo, Tomás Saldaña, que está prueba la ha disputado nada menos que en siete ocasiones y se sabe la historia como pocos en el mundo. Una auténtica enciclopedia como Gustavo Muñana de fútbol sala, Gonzalo Vázquez de NBA o Iván Castelló de fútbol internacional... qué suerte que los tres visten la camiseta de Eurosport.

[24 Horas Le Mans 2018, en directo online en Eurosport Player]

De Le Mans sorprenden muchas cosas habiéndolas visto solo por la televisión (en Eurosport desde que tengo uso de razón), pero quizá la que más cuando llegas a la localidad francesa es el circuito de La Sartre. Es uno de los templos de la velocidad, como el óvalo de Indianápolis, Monza, Spa-Francorchamps o Mónaco, pero a lo bestia. Sí, a lo bestia.

El trazado tiene más de 13 kilómetros de longitud, el doble que el más largo del Mundial de Fórmula 1 y una atmósfera que contagia. Además mezcla zonas permanentes con otras de carreteras contiguas a él. Menuda mezcla. Reconozco que he cruzado desde la entrada a las cabinas de comentaristas de Eurosport con la boca abierta, como un niño que visita por primera vez Disneyland.

De todas las imágenes me quedo con Indianápolis, qué casualidad la tercera pata de la triple corona que pretende Fernando. Es una ‘recta’ que acongoja solo de verla y saber que por allí ruedan a más de 300 km/h, de noche y sorteando a otros vehículos más lentos. Ni te cuento si se cumplen los pronósticos y llueve durante la carrera como se ha pronosticado.

Y es que así es Le Mans: una carrera a lo grande. Es una carrera pero en la que se corren cuatro distintas. Una carrera que ella sola equivale a más de medio Mundial de Fórmula 1, en la que hay casi 400 pilotos, 60 coches en pista a la vez en carrera, 1600 comisarios y podríamos seguir así mucho más.

De la primera toma de contacto con Le Mans, lo que más llama la atención es el sonido. La mezcolanza de todos los bólidos y por encima de todos ellos el del Corvette. Curioso que el más característico es del coche norteamericano que además no es un LMP1. Y significativo que la Resistencia no haya perdido su esencia.

Lo que queda claro nada más llegar es que las 24 Horas de Le Mans son una gran fiesta del automovilismo. Visitas guiadas en el paddock, monoplazas históricos expuestos... Todo lo imaginable. Seguro que sin tanto glamour como la Fórmula 1, pero plagadas de pasión de los fans, que al fin y a lcabo son el motor que todo lo mueven en la vida. Da gusto pasear por la 'Village' y ver sobre todo la cara de felicidad de los visitantes como ver las gradas con una buena entrada para ser el primer día de actividad en pista. Hay muchas ganas de que comience la 'marcha'.

El primer día en Le Mans dejó el estreno oficial de Fernando Alonso en La Sarthe. El español se subió al Toyota #8 antes de cumplirse la primera hora de los libres y el numeroso público que presenció el primer día de competición en las 24 Horas de Le Mans. Levanta pasiones el español allá por dónde va. Llamaba la atención ver a los aficionados girándose para ver en las pantallas del circuito tras verle pasar en pista para no perderle de vista.

Como seguro que no perdéis de vista desde casa de estas 24 Horas de Le Mans en las que Fernando Alonso puede convertirse en el español puede ganar por segunda vez en LMP1 en La Sarthe y en el segundo piloto en activo de Fórmula 1 en lograrlo. Para ello, Eurosport ha preparado la mejor cobertura de su historia para una nueva edición de las 24 horas de Le Mans, con un total de 38 horas de programación original dedicadas a este evento único.