Europeos Glasgow 2019: Un ‘superdomingo’ de ilusión para creer más que nunca en España

Todo ello unido a la redención de Óscar Husillos, que en la jornada del sábado sumaba una plata de ley que hacía olvidar su descalificación en los Mundiales de Birmingham cuando había cruzado la línea de meta en la primera posición en el 400. Esta vez, solamente el noruego Karsten Warholm podía con el de Astudillo, que se reencontraba con sensaciones algo perdidas en la presente temporada, dejando el lamento atrás de un plumazo a golpe de récord de España (45.66).

Con ese buen sabor de boca se presentaba España en la jornada final de los Europeos, y con la sensación que todo lo bueno estaba por llegar, salivando con las posibilidades de los nuestros en un día, que si bien no mejora aquel seis de marzo de 2005 en Madrid, donde se conquistaron de una tacada hasta ocho medallas, sí deja constancia de que el futuro está más claro que nunca para un equipo que encontró en Ana Peleteiro a su reina.

El triple era la prueba encargada de abrir la competición y la española partía con la mejor marca de todas las participantes, aunque con dos nulos iniciales, no era hasta el tercer intento cuando hacía saltar la banca. Primero con 14,56, un salto que le hubiera valido el oro, y posteriormente con 14,73, una marca que ni ella misma podía creerse cuando apareció en el marcador y que demuestra que la gallega es la mejor triplista de la historia de nuestro país. El récord había caído y la medalla de oro abría un domingo en el que Eusebio Cáceres resurgía cual ave fénix tras sus innumerables problemas con las lesiones, y veía como su posibilidad de bronce se perdía en la penúltima ronda. A pesar de ello, todo un éxito para el de Onil de cara al aire libre.

Un paisano suyo dominaba el heptatlón con mano de hierro, Jorge Ureña, sobre todo después de volar en la prueba del 60 vallas (7.78). Tras tener algo de suerte en pértiga, después de que el cimbreo del listón en 5,00 metros no acabara en nulo, lo tenía todo a favor para cerrar una medalla histórica para las combinadas españolas, mejorando la plata ya alcanzada en Belgrado, donde solamente el mejor Kevin Mayer pudo con el alicantino. Todavía tenía un 1.000 por delante, donde con cabeza supo esperar su momento acabando con brillantez, cruzado la meta en la misma posición que indicaba su dorsal. El récord de España se escapaba por poco, pero el oro colgaba de su cuello brillante haciendo sonar el himno español (6.218 puntos).

Lejos de acabar con la recolecta, España pareció crecerse cada vez más, y se sobreponía al cuarto puesto de Orlando Ortega, que dejaba un enigmático anuncio tras no cumplir con los pronósticos en el 60 vallas, "ha sido un golpe muy duro esta carrera, lo único que quiero es desaparecer de este planeta. Son problemas personales difíciles de comprender y sobre los que prefiero no hablar ahora. En su momento se sabrá. Son problemas personales, pero relacionados con el atletismo", aseguraba el subcampeón olímpico.

El 800 prometía y cumplió con creces con las expectativas. Pocas veces se ha visto una carrera mejor planteada tácticamente con la que deleitó al Emirates Arena Álvaro de Arriba. Paciente en el arranque, esperando su momento para coger la cabeza y ajusticiar a todos sus oponentes con un ataque demoledor que le dejaba como campeón de Europa en una prueba siempre prolífica a lo largo de la historia. Por detrás, un debutante Mariano García, que se ha ganado la simpatía de todos los aficionados al atletismo por su valentía en carrera, llegaba cuarto, peleando hasta el último metro con una gesta que también augura mucho futuro para el murciano.

Jesús Gómez era la única baza española en la mediática final del 1.500. Jakob Ingebrigtsen peleaba por un doblete imposible, con Marcin Lewandowski, que defendía el título conquistado en Belgrado, y en esa lucha de titanes se coló el español que consiguió una medalla de bronce que supo a oro. Una prueba siempre exitosa que no había vivido ni mucho menos sus mejores años y que recuperaba la ilusión y algo del esplendor perdido en las últimas citas.

Quedaba la guinda de un pastel dulce para una generación que a pesar de la juventud dejó una gran sensación de futuro en su actuación. En Berlín 2018 el 4x400 ya había demostrado el potencial español en esta prueba con un cuarteto formado por Darwin Echevarry, Bruno Hortelano, Óscar Husillos y Lucas Búa, que acabaron con una meritoria medalla de bronce. En esta ocasión, Manuel Guijarro y Bernat Erta eran los encargados de defender junto al palentino y al toledano los intereses de un conjunto que volvería a saborear metal con récord nacional (3:06.32).

La plata del cuarteto nacional cerraba la cosecha en Glasgow, con un total de seis metales, un resultado que no se veía desde las 10 conquistadas en Birmingham 2007. Todo un éxito que no hacen sino refrendar la idea de que España va por el buen camino, aquel que nos ha llevado a alcanzar el tercer puesto en el medallero, únicamente por detrás de Gran Bretaña, la anfitriona, y Polonia.