Blog De la Calle: El día que Pablo Laso descartó a Jeremy Lin

Aquel base debilucho del Instituto de Palo Alto no recibió ninguna invitación a la conclusión de secundaria,  pero tenía claro que quería jugar al baloncesto y nada le haría cambiar de idea. Por eso envió un DVD con sus highlights a la universidades de la Ivy League, la más influyente académicamente hablando, pero la más intranscendente en lo baloncestístico. Lin cortejó a la Universidad de California, en Berkeley, a Stanford y a UCLA, pero fueron Harvard y Brown las que le ofrecieron un hueco en su equipo. Por supuesto sin becas académicas porque en la Ivy League premian el rendimiento académico, no el deportivo. 

No fue hasta a la segunda temporada en Harvard cuando comenzó a lucir su poderío anotador. En la tercera demostró su versatilidad apareciendo entre los mejores de su conferencia en las clasificaciones de puntos, rebotes, asistencias, robos y los diferentes porcentajes de tiro. Lin se despidió de Harvard promediando 16,4 puntos, 4,4 rebotes y 4,5 asistencias, además de licenciarse en Económicas con una nota de 3,1. 

Pero volvió a ocurrir. A la conclusión del ciclo universitario, el verano de 2010, ningún equipo de la NBA le drafteó. No era ninguna sorpresa. El último jugador de su universidad que jugó en la NBA lo hizo en 1954. El especialista de The New York Times lo describía como “un inteligente pasador con una imperfecta técnica de lanzamiento y un delgado cuerpo, que probablemente no reúna la fuerza suficientemente para defender o atacar en la NBA”.Sin embargo, Dallas debió ver algo en él porque le invitó a su liga de verano, donde destacó su bote con tráfico y su explosividad anotadora. Lin promedió casi 10 puntos y recibió ofertas de Mavs, Lakers y Warriors. 

Desde el primer momento Jeremy tenía claro que quería fichar por los de Oakland, irse a Silicon Valey. Renunció a mejores ofertas y firmó un contrato anual de 500.000 dólares, con la mitad de él garantizado, y un contrato con Nike por tres años. Lin era el jugador más solicitado del equipo a la hora de conceder entrevistas seguido de un rookie llamado Stephen Curry. Pero Lin no cumplió las expectativas y fue cortado varias veces, pasando a jugar con el equipo afiliado de la Liga de Desarrollo, los Reno Bighorns. La temporada concluyó para el base al romperse el tendón rotuliano de su rodilla izquierda. 

El verano 2011 fue complicado. No sólo para el base, también para la NBA, bloqueada por el cierre patronal. E incluso para un dubitativo Real Madrid, que estrenaba en su banquillo a Pablo Laso tratando de recuperar prestigio y títulos. Por aquellos días Pablo intentaba completar su plantilla junto a Alberto Herreros. En EEUU el lockout había demorado tanto el inicio de la regular season que los jugadores comenzaron a plantearse el salto a Europa. El base se marchó a China a jugar, donde militó en los Leopards durante el mes de septiembre, para después tratar de alistarse en la CBA, la liga comercial estadounidense. Pero al tener contrato con los Warriors, no podía. 

Entonces un intermediario le ofreció la posibilidad de recalar en Europa. Y Lin, obsesionado con jugar para recuperar el ritmo y la forma física, aceptó. Entonces se produjo la llamada. Lo cuenta Pablo Laso. “En Estados Unidos estaba el tema del lockout y nos ofrecieron a un montón de jugadores. Uno de ellos era él: Jeremy Lin. Le ofrecieron a media Europa. Recuerdo que medio de risa, Alberto Herreros y yo nos miramos y comentamos: “Nos han ofrecido a este. ¿Qué hacemos?”. “Me lo estás diciendo en serio?”. Le vimos, pero en ese momento no lo valoramos. Nos habían ofrecido a muchos mejores que él también y tampoco los habíamos querido”. 

Lin estuvo a un paso de fichar por un equipo italiano, pero el 26 de noviembre se levantó el cierre patronal y Jeremy regresó a los Warriors. El Real Madrid apostó finalmente por Sergio Rodríguez y el joven Sergio Llull como bases, dejando para la posición de escolta al refuerzo estrella, Rudy Fernández, llegado de los Mavericks, y a Jaycee Carroll, fichado del Gran Canaria. La llegada de Rudy había alterado el funcionamiento de la sección. Habitualmente Florentino asignaba un presupuesto al baloncesto y ellos mismos lo gestionaban. Pero en dos ocasiones se ha tenido que pedir permiso al presidente para cerrar contrataciones por el alto coste de las mismas: Rudy Fernández y Ettore Messina. Dos salarios futboleros en la sección de baloncesto. 

Lin se marchó a Oakland, donde fue finalmente cortado. Sin embargo, el 12 diciembre de 2011 Houston Rockets lo incorporó a su roster, para apartarlo 12 días después liberando su plaza que ocupó un pívot. La suerte le sonrió y sólo tres días más tarde Mike D’Antoni lo reclutó para sus desastrosos Knicks como quinto base, ante la lesión de Shumpert y la lenta recuperación de Baron Davis. Lin tenía por delante a Tony Douglas y Mike Bibby, pero el equipo era una calamidad que sumaba 11 derrotas en 13 partidos. 

D’Antoni estaba desesperado. Se acercaba el 10 de febrero, el día en el que el contrato de Lin quedaba garantizado, con lo que se perdía un plaza para traer a otro refuerzo. A lo que se sumó que Davis no terminaba de recuperarse. El asiático estaba más fuera que dentro cuando la noche del 3 de febrero, después de tirar la ventaja que tenían en el último cuarto ante los Celtics, el entrenador se giró hacia el banquillo y se topó con él. “Venga, tú, a la pista”.Era la única y desesperada solución que le restaba. Y Lin aprovechó la oportunidad. Los Knicks ganaron. 24 horas más tarde Jeremy anotó 25 puntos saliendo del banquillo y pasando por encima a Deron Williams. Carmelo, que estaba lesionado, habló entonces con D’Antoni: “Oye Mike, ese tío está enchufado. Dale más minutos. Se los está ganando”. El base lo agradeció anotando 28 puntos en el triunfo sobre los Jazz sin Melo ni Stoudemire. 

Después llegaría el triple ganador en la cara de José Manuel Calderón a los Raptors o los 38 puntos en la victoria sobre los Lakers de Kobe y Pau. “Está poseído por el espíritu de Michael Jordan”, advirtió socarronamente Carmelo. En España, y sin duda en Madrid, comenzaban a conocerse las gestas de Lin. Nombrado jugador de la semana en la Conferencia Este, Nueva York encadenó un récord de 9-3 en los 12 partidos en los que Linsanity fue titular antes del parón del All Star, promediando 22,5 puntos y 8,7 asistencias. Hubo medios de comunicación que pidieron su participación en el All Star Game, al que fue, pero en como participante del Rising Challenge. A buen seguro que aquella noche Pablo Laso y Alberto Herreros se frotaron los ojos al verle allí. 

Lin hizo carrera firmando ese verano un contrato de tres años con Houston por 25 millones de dólares. Un contrato con truco, ya que los Mavs utilizaorn la llamada poison pill, que repartía el dinero en cinco millones en la primera temporada, cinco en la segunda y 15 en la tercera. Con un poco de suerte, si el jugador no convencía, podían colocarlo y no asumir el pago importante del contrato, situado estratégicamente en la temporada final. Así ocurrió. Jeremy firmó el verano de 2014, el año en que los Rockets debían pagarle 15 millones, por los Lakers. Y allí sigue, aunque hoy su nivel está muy lejos del de aquel mes mágico que Lin vivió entre enero y febrero de 2012. 

Por su parte, Laso y Herreros han mantenido su apuesta por Llull, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández y Carroll. Una apuesta sobresaliente que este año lo ha ganado todo y que ha encumbrado a Sergio como el mejor base de Europa, a Rudy como un MVP de primer nivel, a Carroll como un anotador silencioso y a Llull le llevará, probablemente este verano, a heredar en los Rockets un contrato similar al que firmó Lin en su día: 24 millones por tres temporadas. Seguro que si hoy le vuelven a ofrecer a Lin, la respuesta de Pablo Laso sería...