Pogacar, ¿y ahora qué? Lo poco que le queda por ganar a sus 26 años tras ser campeón del mundo

Tadej Pogacar, además de un campeón insaciable, es un auténtico devorador de récords. Por eso, apenas dos días después de su última gran obra maestra, quizá la más maravillosa, ya estamos pensando en qué será lo próximo. Y es que el ciclista esloveno, que cumplió 26 años el pasado 21 de septiembre, colecciona un total de 86 triunfos como profesional, entre los que destacan Mundial en ruta, tres Tour de Francia, Giro de Italia, Tour de Flandes, dos Lieja-Bastoña-Lieja y tres Il Lombardía.

Entre las carreras por excelencia del calendario (las tres Grandes Vueltas, los cinco Monumentos y los Campeonatos Mundiales), Pogacar, con su gesta histórica en Zúrich, ya ha puesto el 'check' a seis de ellas. Por lo tanto, le quedarían Milán-San Remo, París-Roubaix y Vuelta a España para completar el palmarés perfecto, algo a lo que sólo Eddy Merckx ha podido aspirar en toda la historia. El 'Caníbal', monarca absoluto del ciclismo durante tantos años, ya se ha rendido ante su sucesor: "Está por encima de mí, no tengo ninguna duda", dijo a L'Equipe.

Todo parece indicar que en 2025 correrá Milán-San Remo y Vuelta a España, en un calendario en el que por supuesto no faltarán Lieja-Bastoña-Lieja, Tour de Francia o los Mundiales de Ruanda, todas ellas carreras en las que defenderá el título de actual campeón. Además, el no estar presente en el Giro de Italia le podría abrir la puerta a volver a Flandes, donde todavía se acuerdan de su monstruosa exhibición en 2023, o a hacer su debut en la temible París-Roubaix, la más difícil de todas.

La 'Classicissima' será su primer gran objetivo de la temporada, siendo una prueba que ha disputado en cuatro ocasiones y que cada año está un poquito más cerca de ganar (5º en 2022, 4º en 2023 y 3º en 2024). Hasta la fecha, no ha conseguido soltar a sus rivales en el Poggio, por lo que necesitará ser más explosivo en una subida sin excesiva dureza. Otra opción sería la de vencer en un esprint reducido en Vía Roma, lo que sin duda es capaz. Sin ir más lejos, en la pasada edición fue tercero entre velocistas de la talla de Philipsen, Matthews o Pedersen.

Si hay una carrera por la que guarda especial cariño pese a no haberla ganado, esa es la Vuelta a España. Fue en ella donde se dio a conocer en 2019 con un podio y tres victorias de etapa. Desde entonces, el esloveno nunca ha escondido su deseo de volver. Ahora, después del doblete Giro-Tour, es el momento perfecto para ello. Además, Pogacar está llamado a apuntarse en la lista de Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador, Vincenzo Nibali y Chris Froome, como el octavo ciclista en ganar las tres Grandes Vueltas.

También, persigue convertirse en el cuarto en lograr los cinco Monumentos tras Eddy Merckx, Roger de Vlaemininck y Rik Van Looy. Para lograrlo, el más difícil todavía será la París-Roubaix, carrera en la que aún no ha debutado. Si bien es cierto que es la que peor se le adapta a sus características, en el Tour ya ha demostrado lo bien que se desenvuelve entre adoquines. Quizá, eso sí, para tocar la gloria en el velódromo, necesite una preparación específica, lo que supondría coger algo de peso y poner en riesgo otros objetivos. Aunque con Tadej nunca se sabe.

Más allá de las carreras que le quedan por ganar, el siguiente aliciente para agrandar su leyenda, sin ir más lejos, lo tendrá en Il Lombardía en menos de dos semanas, donde quiere igualar las cuatro coronas consecutivas de Fausto Coppi. Una prueba que, en los últimos años, Pogacar domina a su antojo y que puede suponer su primera gran victoria con el maillot arcoíris, el cual estrenará en el tríptico otoñal italiano con Giro dell'Emilia, Tres Valles Varesinos y la mencionada 'Clásica de las hojas muertas'. 23 victorias lleva en la presente temporada, por cierto. ¿Alguien da más?

Pogacar lucirá ese distintivo durante todo el año, a excepción de las vueltas por etapas, las cuales reparten sus propios maillots de líder y los cuales el esloveno tiende a enfundarse. En el Tour, precisamente, buscará cambiar el arcoíris por el amarillo, convirtiéndose en el quinto ciclista en la historia en ganar la 'Grande Boucle' como campeón del mundo. Lo consiguieron anteriormente Louison Bobet en 1955, Eddy Merckx en 1972, Bernard Hinault en 1981 y Greg Lemond en 1990.

Lo que está claro es que el próximo año Pogacar, obsesionado con dejar huella allá por donde pasa, seguirá jugando a ser ciclista. Porque su carrera se asemeja a eso, un videojuego, que no parece real, aunque él esté a punto de pasárselo. A este paso, no se extrañaría nadie si Tadej empieza a pensar en el récord de la hora, el cual posee Filippo Ganna con 56,792 kilómetros. Un desafío que el propio Eddy Merckx afrontó en 1972, dejando la marca en 49,431 kilómetros. En fin, cosas de genios.