La opinión de Antonio Alix | Giro 2023: Trazado ideal para que haya emoción de principio a fin

Haciendo la foto del mapa, me gusta eso de que -excepto una llegada y posterior salida de Suiza- todo sea en Italia. Tras un 2022 en el que las tres grandes vueltas salieron de países diferentes al que les da nombre, el Giro 22 está muy centralizado. Porque ni siquiera se tocan a las regiones del sur ni tampoco las islas de Cerdeña y Sicilia. Con ello se ahorran traslados, siendo el único el necesario para ir de Trieste a Roma tras la penúltima etapa. Un traslado que ya no supondrá mucha paliza dado que la etapa final en la capital es muy corta y empezará por la tarde. Por cierto, que a mí no me molesta, sino que incluso lo veo bien, que la última etapa sea en una gran ciudad y destinada al esprint. Siempre que las anteriores sean de las determinantes para la general, el que la última sea llana motiva que los esprinters sigan en carrera con el objetivo de lucirse el último día.

Sin haber etapas que ronden los 250 kilómetros, el que haya once en la horquilla entre 190 y 210 indica que habrá desgaste. Y lo mismo sucede con las tres contrarrelojes. Que ya la primera etapa sea de 18 kilómetros individuales -con el último en ascenso- indica que los aspirantes a la general tendrán que vaciarse. Y a partir de ahí no podrán relajarse porque las etapas de montaña están bien escalonadas en el recorrido, lo mismo que las otras dos contrarrelojes: en las etapas 9ª y 20ª. Dado el perfil de la penúltima etapa -11 kilómetros para ir deprisa con la bici cabra y, tras cambiar a bici ligera, afrontar 7 kilómetros inéditos en el Giro con un tremendo porcentaje medio del 12- la clasificación general que se hayan ido configuran día a día podría cambiar totalmente. Basta recordar lo sucedido en el Tour 2020 con el fracaso de Roglic en una contrarreloj de perfil similar cuando parecía que ya tenía amarrada la victoria.

A mí no me gusta usar lo de “etapa reina”, dado que en una gran vuelta suele haber tres o cuatro muy duras, ya sea por kilometraje o por desnivel acumulado. Y también porque son muchos los ejemplos en los que una etapa en teoría irrelevante para la general acaba siendo decisiva. De todas maneras, puestos a pensar en una, yo me inclino por esa contrarreloj final. Al menos espero que la clasificación no esté ya decidida en favor de un ciclista y que ese penúltimo día se afronte con incertidumbre y emoción.

En cuanto a los ciclistas que podrían ser protagonistas del Giro 2023, es difícil a falta de siete meses dar nombres. Se me ocurren dos: Remco Evenepoel y Primoz Roglic. Ambos son excelentes contrarrelojistas y pasan bien la alta montaña. Cierto es que el belga, precisamente por la caída del esloveno en la Vuelta 2022, no tuvo un rival que le pusiese en verdaderos apuros en las etapas finales; pero se supone que una vez demostrado (algo que yo sinceramente creía que no iba a pasar, lo reconozco, me equivoqué) que es capaz de ganar una gran vuelta, enfocaría su preparación para mejorar en etapas con encadenamiento de grandes puertos. En cuanto al esloveno, teniendo en cuenta que para el Tour su equipo ya tiene a Vingegaard, es fácil imaginar que pondrá en su punto de mira el Giro. Ya quedó 3º en 2019, y podría de todas maneras disputar a tope la Vuelta si en el equipo no le alinean en el Tour.

Evidentemente habrá otros aspirantes a la general, pero a día de hoy solo hay dos “vueltómanos” mejores que ellos: Pogacar y Vingegaard, pero si quieren estar a tope para el Tour, no harán el Giro. En cuanto a los españoles, no se me ocurre ninguno que pueda estar al nivel de aspirar a la victoria en Roma. Se supone que Enric Mas seguirá con Tour y Vuelta como objetivo; para Landa no es el recorrido ideal con tantos kilómetros contrarreloj (otra cosa es que acuda pensando en ganar etapas, pero sin obsesionarse con la general); y en cuanto a los jóvenes Ayuso y Rodríguez, entiendo que sus equipos querrán que sea la Vuelta su gran objetivo. Puestos a dar un español que sí podría poner la general del Giro como objetivo, se me ocurre Pello Bilbao; conoce bien la carrera (ha quedado 5º, 5º y 6º) y, sin estar al nivel de los dos citados favoritos en las contrarrelojes llanas, se defiende decentemente en ese tipo de etapas.

En resumen, que el recorrido del Giro 2023 me ha encantado. Es variado y duro; tiene bien repartidas las contrarrelojes y la alta montaña; y es verdaderamente italiano al no salir de sus fronteras por meros intereses económicos, sino simplemente haciendo una escapadita a Suiza para meta y salida de etapas de montaña.