Tour de Francia 2019: La gran pregunta, ¿quién va ganar la edición más abierta de los últimos años?

Sin lugar a ninguna duda y a falta de sólo seis etapas para su conclusión, el Tour de Francia 2019 es el más abierto de las últimas ediciones. Julian Alaphilippe es líder, pero ni es escalador ni de lejos tiene un equipo preparado para resistir los ataques de la mucha montaña que queda en Alpes. Varios ciclistas aspiran a un trono que ya no es propiedad exclusiva del rodillo del Team Ineos.

Julian Alaphilippe lors de la 15e étape du Tour de France 2019.

Fuente de la imagen: Getty Images

A Julian Alaphilippe le quedan seis etapas -cinco descontando el paseo por los Campos Elíseos- para ganar el Tour de Francia 2019 y devolver a su país una victoria que se resiste desde 1985. No será fácil defender su renta ante Geraint Thomas, el pujante Bernal, la sorpresa Buchmann y especialmente ante su compatriota Pinot que parece que va a más y lo que resta en Alpes le favorece. La edición más emocionante desde 2011 vive su última y decisiva semana.
Fue no hace tanto. Cadel Evans se vistió de amarillo en la penúltima etapa al superar en la contrarreloj de Grenoble al luxemburgués Andy Schleck, quien se había vestido de amarillo pocas jornadas antes en Alpe d’Huez protagonizando previamente uno de los mejores ataques lejanos del ciclismo contemporáneo en el Galibier. Concretamente en el Tour de Francia de 2011, sólo un año antes de que comenzara la tiranía del Team Sky, hoy Ineos.
Aquella apretada edición, donde en las jornadas decisivas había miedo a atacar, a desgastarse más de la cuenta porque la batalla era muy pareja, tiene muchos paralelismos con lo que se está viviendo en este 2019. Thomas Voeckler, también francés, fue resistiendo de amarillo hasta que llegaron los Alpes, donde claudicó sin remedio. No acabó ni en el podio, aunque esto no quiere decir que a día de hoy Julian Alaphilippe vaya a correr la misma suerte. Ni mucho menos. Es mejor ciclista que su compatriota, mucho más joven que Voeckler en aquel Tour 2011 y está demostrando que es capaz de resistir ante el resto de rivales, aunque cediera unos segundos en la última entrega pirenaica.
Francia tiene derecho a soñar con fuerza. Con la resistencia de Alaphilippe o por la pujanza de Thibaut Pinot, quien está echando mucho de menos los casi dos minutos que perdió en la jornada de los abanicos por no estar bien colocado en el pelotón. Lo definió como “un día de mierda”, pero viendo sus prestaciones hacia arriba bien puede cambiarlo por esa parte de su himno que dice: “el día de gloria ha llegado”.
Veremos, pero ahora mismo hay varios ciclistas que aspiran a ganar este Tour de Francia 2011. Lamentablemente Landa y Valverde están lejísimos, incluso del podio. Pero el holandés Steven Kruijswijk, el alemán Emanuel Buchmann, la dupla del Ineos Geraint Thomas y Egan Bernal están en poco más de dos minutos de diferencia y con todos los Alpes por jugarse.
La debilidad de Julian Alaphilippe y su equipo Deceuninck-Quick Step radica en que no está arropado de escaladores salvo Enric Mas, y el mallorquín tuvo problemas gástricos cediendo una minutada y sufriendo mucho por acabar la etapa en Prat d’Albis. Además, el líder no se ha visto en esta situación durante toda su corta y meteórica carrera, ya que pese a que hace un año acabó el Tour como Rey de la Montaña ganando dos etapas en este terreno, no es un escalador puro. El desgaste y la inexperiencia juegan en su contra claramente.
Parecía que la alianza francesa con el Groupama-FDJ de Pinot estaría servida. En este tipo de finales no hay que descartar pactos sobre el asfalto, pero hay que recordar que la estructura de Madiot no está para que Alaphilippe gane, sino para hacerlo ellos con el propio Pinot. El Quick Step debe buscar socios viendo que el Team Ineos no está corriendo a sacar su rodillo porque en lugar de controlar debe jugar al ataque con sus dos bazas, y ni Thomas ni Bernal transmiten la sensación de dominio que transmitía Chris Froome en años precedentes.
Decía precisamente Mikel Landa que sin Froome en carrera todos los favoritos corren con mucho miedo a ganar, ya que están ante un panorama desconocido. En la última jornada en Pirineos ya hubo caretas fuera y se vio cómo ciclistas con los que no se contaba como son Buchmann o Kruijswijk están casi arriba del todo y en el caso del holandés, con un Jumbo-Visma marcando el paso y ofreciendo sensaciones de dominio.
Ese miedo a ganar si es que existe en el tríptico final alpino es lo que juega a favor de Alaphilippe. Movistar puede moverse pero más buscando etapas que la general con Landa o Valverde distanciados a cinco minutos. Jumbo-Visma tira pero no remata y el único que tiene intenciones de seguir atacando es Pinot, quien tampoco se ha visto en una situación como esta en su carrera, es decir, tan relativamente cerca de estar luchando por ganar la general de un Tour de Francia.

Las tres grandes etapas que quedan

También es cierto que en este Tour de Francia 2019, en el que los aficionados se han quejado con razón de falta de ataques y de oportunidades de dejar fuera de juego al Ineos o al propio Alaphilippe en Pirineos, se puede ganar o perder tiempo en cualquier terreno. Por ejemplo, camino de Gap el miércoles con un perfil quebrado y un final lleno de trampas. El jueves llegan el Izoard y el Galibier, con final tras la bajada del coloso y ya el viernes y el sábado dos finales en alto consecutivos en dos jornadas cortas y más explosivas que nunca. La estación de Tignes y al día siguiente Val Thorens, serán los que dicten la sentencia definitiva.
¿Quién va a ganar este Tour? Este año es una pregunta maravillosa de formular, porque resta una semana y no nos podemos atrever a contestarla.
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