Blog Julio García Mera: El entusiasmo evolutivo

Antes de que el azul fuera el hogar original del jugador de fútbol sala, cuando el Interviú de leyenda marcó una época, cuando el Toledo de Chico, Marco, Lorente, Francis y compañía dejó huella, cuando el Playas de Sánchez, Rodríguez y resto de ganadores acomplejaba a sus rivales , cuando el CajaSegovia llegó a coronar todos los ochomiles con Amado, Daniel, Orol, César, Adeva…, cuando ElPozo de Paulo, Lenisio, Kike, Vinicius y demás compañeros nos maravillaron a todos, cuando el Barsa de Torras, Wilde, Lozano, Sedano… parecía invencible. Y ahora, ahora que el azul es el lugar donde habita el jugador de fútbol sala, ahora que Movistar Inter lleva su quinta temporada de dominio, ahora que Ricardinho genera oportunidades para todos los que están cerca de él y crea exigencias inauditas para sus rivales, aparece el amarillo. El amarillo como parte del espectáculo, como respuesta a lo que parecía insuperable, como entusiasmo evolutivo.

Esa expresión de lo antiguo, de competir salvajemente sin mirar al marcador, sin pararse a respirar, sin pensar en reglas, fatiga o futuro. Sólo ahora y aquí. Verticales. Como flechas. Por un carril y por el otro. Hasta el pitido final. Y más allá. Didac atrapa la bola y el azul se tiñe con dos relámpagos dorados en cada banda. Segundo palo. Y valentía. Así es el Jaén de Mauricio, Boyis, Campoy, Dani Martín, Alan Brandi, Chino…

El Jaén Paraíso Interior aplica al pie de la letra lo que dice Harrison Ford:”Si no tienes una buena historia que contar, mejor quédate en casa”.

Su historia es más que suficiente para satisfacer a todos los públicos. Y si no es suficiente, tienen un plan B: La tormenta, que hace que los amarillos estén en todos lados y en ninguno al mismo tiempo. Impredecibles. Depredadores. Del ayer al hoy encadenando ese entusiasmo evolutivo.