Messi rompe la barrera y el Barça vuelve a ser el gran favorito

Todos los clubes y sus respectivos portavoces tiran de tópicos para hablar de objetivos en una temporada. “Partido a partido”, “Peleamos por todos los títulos”, “No descartamos nada”... pero el argentino no tuvo ningún reparo en decir que el Fútbol Club Barcelona lleva años obsesionado con una competición y un título en cuestión.

“El año pasado ganamos la Liga y la Copa, pero nos quedó una espinita con la Champions, sobre todo por la forma como se produjo la eliminación. Vamos a darlo todo para que esta copa tan linda vuelva al Camp Nou”, dijo en agosto, cuatro meses después de la durísima derrota ante la Roma, que con un 3-0 remontó el 4-1 encajado en la ida. Antes, Atlético y Juventus fueron los verdugos, todos en la misma ronda: los malditos cuartos de final.

Algo ha cambiado en esta edición. El Real Madrid, máximo favorito tras conquistar las tres últimas ediciones, fue apeado en octavos de final. La Juventus de un Cristiano voraz, máximo goleador de la competición y ganador con el equipo blanco de cuatro de las últimas cinco Ligas de Campeones, derrotado en cuartos. Dos rivales potenciales menos. Esta vez, el sorteo estuvo a favor del cuadro de Valverde, que se enfrentó primero al asequible Lyon y después a un Manchester United venido a menos que celebraba como un milagro seguir vivo en el torneo.

Pese a ciertas dudas en Francia y en los primeros minutos en el Camp Nou, el Barça presumió de pegada y se reafirmó como el más serio candidato a hacerse con el trofeo. Messi, como no podía ser de otra forma, tiró del carro en los dos triunfos vitales con sendos dobletes, dando la cara después de más de seis años sin anotar en cuartos de final. Otra barrera superada. Con la Liga en el bolsillo, los fines de semana son de descanso para los titulares y dejan espacio para las rotaciones, otro factor que favorece a los culés en su camino por conquistar la sexta. Parece el año, desde luego.