Marcos Antônio, la penútima joya de los mineros

El Real Madrid aterrizó en Kiev con el recuerdo de dos derrotas en Valdebebas. La primera fue la del pasado fin de semana ante el Alavés, en la que el equipo de Zinédine Zidane careció de cualquier tipo de regularidad. La segunda tuvo lugar en octubre, cuando el Shakhtar se llevó un sorprendente 2-3 del Di Stéfano. Ni siquiera el hecho de volver al escenario de la final de la Champions League de 2018 o de que la clasificación esté encarrilada tras los dos triunfos ante el Inter despejan la preocupación blanca por el juego y la imagen mostrada.

El romance entre el Shakhtar y los jugadores brasileños de mentalidad ofensiva ha sido una constante desde la etapa de Mircea Lucescu. Tras la salida del rumano, la política de fichajes ha seguido el mismo rumbo sin sufrir en el terreno deportivo. La lista de brasileños que han pasado primero por Donetsk y ahora por Kiev a causa del conflicto en la región del Donbás es amplia: desde Eduardo a Fred pasando por Douglas Costa o Willian, aterrizar en Ucrania como paso previo a un grande es garantía de éxito en un alto porcentaje, y ese camino es el que está recorriendo ahora Marcos Antônio desde la posición de interior.

El centrocampista paranaense no llegó directamente desde Brasil, sino que antes pasó por el filial del Estoril y jugó brevemente en el primer equipo en Portugal antes de que el Shakhtar lo detectara sin que estuviera afianzado en el once y se lo llevara. A sus 20 años, Marcos Antônio ha sido un habitual de las inferiores de la verdeamarelha, en la que ha ido subiendo por el escalafón junto a Vini o Rodrygo, pugnando ahora por un lugar en la absoluta que disputará la Copa América el próximo verano o, como mal menor, en la Sub-23 olímpica que peleará por revalidar el oro de Río 2016 en Tokio.

Bajo el manto protector de Luís Castro, Marcos Antônio ya se presentó en sociedad ante el continente la temporada pasada en la fase de grupos de la Champions League y en el posterior camino del Shakhtar hacia las semifinales de la Europa League. Situado como interior en un sistema 4-3-3, protegido por un centrocampista de contención y con varios compatriotas por delante dispuestos a hacerle la vida más fácil, el ‘8’ del Shakhtar juega y hace jugar, distribuyendo el balón al mismo tiempo que se luce y deja destellos que pueden recordar a Thiago, aunque él se ubica más en la frecuencia de Kroos y Modric, sus rivales de este martes.

La buena actuación del Shakhtar en la última Europa League ha supuesto un duro peaje para los mineros. Con sólo tres días de vacaciones entre el final de una temporada y el inicio de la actual, las dificultades desde el punto de vista físico y psicológico han sido muy marcadas para el club ucraniano. Marcos Antônio estuvo presente tanto en el triunfo ante el Real Madrid como en el 0-0 ante el Inter, pero tuvo mucha menor repercusión en las dos goleadas recibidas ante el Mönchengladbach, con el equipo ya cogido con alfileres (45 y 19 minutos en ambos partidos).

Después de jugar la primera parte este fin de semana contra el Dnipro en la Premier League ucraniana, se espera que los focos de la Champions League vuelvan a centrarse en Marcos Antônio, la perla que multiplicará notablemente en un futuro no demasiado lejano los cinco millones de euros que le costó al Shakhtar. Las expectativas son cada vez más altas con el joven centrocampista de Poções, con Tite pendiente de su evolución a través de André Jardine, el seleccionador olímpico, y los grandes de Europa preparando la chequera para hacerse con sus servicios.