La última revolución de Luis Enrique: Ante el físico que impera en Europa, más tiquitaca
Actualizado 23/03/2021 a las 22:50 GMT+1
Luis Enrique Martínez inicia el camino de la selección española hacia el Mundial de Catar apostando por un regreso a las raíces del tiquitaca con la irrupción en la absoluta de jugadores como Pedri o Bryan Gil. En un momento en el que el fútbol europeo pone el foco en el aspecto físico, con referentes como Haaland o Mbappé, el técnico español muestra que es especialista en ir contracorriente.
La Eurocopa aún está en el horizonte, pero Luis Enrique Martínez ya está empezando a sembrar la simiente de la España del futuro, la que inicia este jueves su camino hacia el Mundial 2022 con su enfrentamiento ante Grecia en Los Cármenes. El seleccionador español, que ya en el Barcelona supo adelantarse al futuro y darle un nuevo aire a un equipo que aún respiraba guardiolismo, vuelve a demostrar que no es aficionado a seguir las tendencias del fútbol mundial y sí a adaptarse a los talentos que tiene a su disposición. Cuando todo el debate futbolístico parece girar en torno a portentos físicos como Kylian Mbappé o Erling Haaland, Luis Enrique pone bajo los focos a Pedri y Bryan Gil, en lo que vuelve a recordar a la España de los bajitos que triunfó entre 2008 y 2012.
Cuando Luis Enrique cogió las riendas del Barcelona, el equipo aún transpiraba guardiolismo por los cuatro costados, a pesar de que ya habían pasado por el banquillo del Camp Nou Tito Vilanova y Gerardo Martino. Sin dinamitar del todo una filosofía que había generado unos automatismos muy profundos, el técnico asturiano empezó a imprimir su sello propio, aprovechando las cualidades de un tridente mágico formado por Leo Messi, Luis Suárez y Neymar da Silva. Aquel Barcelona se caracterizó más por la verticalidad que por el toque, algo que en otras ocasiones habría resultado casi un sacrilegio en un entorno culé excesivamente purista, pero los resultados -segundo triplete de la historia del club- demostraron su acierto.
De cara a 2022, el panorama del fútbol de élite parece estar virando de forma definitiva. Con Messi y Cristiano Ronaldo iniciando su ocaso futbolístico, el relevo lo han tomado Erling Haaland y Kylian Mbappé. La arrolladora irrupción de los delanteros del Dortmund y el PSG en el escenario europeo han abierto un nuevo debate, ya que el físico se impone con autoridad sobre un juego de toque y posesión que parece caduco. La eliminación de España en el Mundial de Rusia ante los anfitriones, con más de 1 000 pases y nula capacidad ofensiva, supuso el canto del cisne de un modelo que había vivido mejores momentos.
Sin embargo, Luis Enrique vuelve ahora a poner sobre el tapete esa apuesta por recuperar el tiquitaca y a los bajitos. Pedri González y Bryan Gil, dos de las más refrescantes apariciones en LaLiga 2020/21, se han hecho hueco por méritos propios en la selección. Ellos dos son los que acaparan titulares, pero la convocatoria vuelve a estar trufada de jugadores en los que la finura es su principal característica. Jordi Alba, Gayá, Sergio Busquets, Rodrigo Hernández, Thiago, Canales, Koke... Tras un periodo de indefinición en el que España intentó puntualmente abrazar un estilo más directo, la vuelta a las raíces parece ser la apuesta con miras a Catar. El seleccionador es optimista con los mimbres que tiene.
Centrocampistas tenemos para dar y tomar. Soy optimista con esta selección y ese nivel.
Diego Costa o Adama Traoré son algunos de los jugadores que pudieron cambiar el ADN de la selección en los últimos años. El hispanobrasileño nunca terminó de brillar con La Roja como lo hizo en sus mejores años en el Atlético, y la relación de Adama con la selección ha estado marcada por las lesiones hasta que por fin pudo debutar a finales de 2020. Sin embargo, su irregularidad esta temporada con los Wolves ha vuelto a alejarlo de la conversación.
Sí quedan jugadores que pueden responder a un perfil más físico. Sergio Ramos y Marcos Llorente ponen la cuota de músculo necesaria para complementar al resto, mientras que hay una serie de jugadores mixtos que se pueden adaptar a ambas filosofías (Fabián, Gerard Moreno o Dani Olmo, principalmente). La enésima revolución de Luis Enrique ya ha comenzado, demostrando que es un especialista en nadar a contracorriente. ¿Volverá el esplendor de la España del tiquitaca?
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