💪 ⚽ Empate de pierna fuerte entre Granada y Atlético (1-1)

GRANADA: Rui Silva; Víctor Díaz, Domingos Duarte, Germán (Martínez 70'), Quini; Gonalons, Montoro, Azeez (Carlos Fernández 61'); Puertas, Vadillo (Machis 64'), Soldado.

ATLÉTICO: Oblak; Trippier, Felipe, Hermoso, Lodi; Herrera, Llorente (Joao Félix 75'), Correa (Lemar 55'), Koke; Vitolo (Darío Poveda 82'), Morata

ÁRBITRO: Medié Jiménez. Expulsó a Diego Martínez (64') con roja directa. Amarilla a Correa (29'), Soldado (30'), Felipe (38'), Montoro (42'), Puertas (53'), Gonalons (62'), Llorente (65'),

GOLES: 0-1 (59') Lodi. 1-1 (66') Germán.

CORREA. En un equipo en el que no hay goleadores, lo cual quizás tenga más que ver con la propuesta futbolística del equipo que con la contundencia de sus delanteros, Correa es un futbolísta distinto. Es un conseguidor, un asistente, un comodín, la ganzúa que abre cualquier candado. Quizás el más desobediente de sus futbolistas, un verso libre que aparece donde no se les espera para romper las pizarras. Y aún así, fue el primer sustituido por Simeone.

GERMÁN. En un partido racial, de pierna dura y muchos arrestos, el central granadino obtuvo el premio de anotar el empate en una jugada a balón parado. Señal de lo bien trabajado que tiene el Granada la pizarra. El central gaditano, que se impuso a Morata en todos los desafíos, ejemplificó el fútbol esforzado y solidario de su equipo

OBLAK. Lo que el portero atlético considera "paradas básicas" son intervenciones decisivas que le dan muchos puntos a su equipo. En Granada su equipo vivió con tranquilidad gracias a una espectacularmente complicada que sacó abajo en un remate de los locales. Es el pilar sobre el que se edifica el discurso táctico de este sudoroso Atlético.

Existe en el fútbol moderno el perfil de los equipos "que compiten". Así se refieren a aquellos que no se ahorran una carrera, que no se permiten un error, que no escatiman una carrera. Hablando claro, construyen sus victorias jugando a no perder. Granada y Atlético lo son. Equipos que extrañamente pierden por cometer fallos groseros o por falta de actitud. Se trata de dos equipos tácticamente muy trabajados que no se salen nunca del guión y esperan, con paciencia tibetana, un error rival para penalizarlo. Apuesta lícita, pero poco atractiva.

Eso provocó una primera parte suculenta en lo sesudo, pero desesperante en lo futbolístico. Una primera mitad que alternó el aburrimiento con la aspereza. Un primer asalto en el que Oblak volvió a demostrar su jerarquía como portero en un balón que atrapó abajo y tapado por un defensa cuando el reloj marcaba media hora de partido. Se discutió justificadamente una caída de Correa, el jugador más diferente de los rojiblancos, tras ser cariñosamente abrazado por Gonalons. Pero también se pidió desde la grada local una coherente amarilla para el propio Correa, que ya tenía otra, por la irresponsable simulación de un penalti que le debió mandar a la ducha antes de tiempo.

Fue lo más destacado de un partido en el que Puertas y Vadillo estuvieron desaparecidos, en el que volvimos a no entender cómo los balones parados en el Atlético los lanza Koke y no Trippier. Y padecimos una primera parte en la que Morata y Soldado demostraron por qué ninguno de los dos se ganó la camiseta número 9 del Real Madrid. Más preocupados de quejarse, de simular, de cobrarse cuentas pendientes, de protestar... ¿Y el fútbol? Nada de nada.

La segunda parte amaneció con un cambio sorprendente en las filas rojiblancas: Lemar por Correa. Pero como suele ocurrir casi siempre, le salió bien a Simeone. El Atlético metió una marcha más y en una jugada con espacios Herrera encontró un pasillo interior delicioso en el que apareció Lodi, lateral y brasileño, para anotar con sutilidad el primer gol del partido. Diego Martínez se revolucionó en la banda, siendo expulsado cinco minutos después. Uno solo antes de que Germán rematase desde lejísimos un córner a la red en un grosero error de marcaje de Herrera.

Se animaba el partido en esta segunda parte gracias a los dos goles y a unos cambios que invitaban a descoser el encuentro. El Granada, sin su entrenador en el campo, apostaba por un juego directo ganando muchas pelotas divididas y casi todas las segundas pelotas. Intensidad, agresividad, ferocidad... y algo de fútbol. Con el partido oliendo a napalm, Simeone apostó por la poesía de Joa Félix. Volvía el portugués en un contexto adverso con su equipo aculado en tablas por el fútbol racial de los nazaríes. Con el fuego cruzado Cholo echó de mano de Darío Poveda, el joven canterano al que ha señalado como recurso para suplir la baja del lesionado Diego Costa. Y el chico la tuvo, pero la jugada concluyó con un contacto previo al intento de contacto que el VAR decidió mandar al limbo concluyendo el partido con un empate de pierna fuerte.

0-1. Minuto 59. Lodi, en un remate con Rui Silva encima, anota el primer gol tras un gran pase de Herrera.

1-1. Minuto 66. Germán remata solo un córner en un error inexplicable de marcaje de Herrera.