¿Qué pierde el Real Madrid sin Sergio Ramos?

Pasan los días y ni Sergio Ramos ni el Real Madrid acercan posturas. Es más, la posible salida del sevillano parece el desenlace final de esta batalla. Pero viendo los precedentes de otras marchas de jugadores importantes e intuyendo su destino, Manchester, tal vez el segundo capitán debería seguir luchando por una mejora de salario pero reconsiderar si realmente le conviene dejar su actual club.

Ganará más dinero, pero… La guerra de cifras del pulso que mantienen Sergio Ramos y el Real Madrid es clara: el club ofrecería siete millones anuales y el jugador exigiría diez. Entretanto, las diversas informaciones que se añaden del interés del Manchester United hablan de una ficha anual de doce millones. El todavía segunda capitán blanco ya lo ha ganado todo con el Real Madrid y hasta sería comprensible que buscara nuevos retos deportivos en su carrera, pero todavía tiene el físico, la mentalidad y la edad (29) para seguir siendo leyenda blanca.

El Manchester United ya no es la referencia de Inglaterra. El músculo financiero de Manchester City y Chelsea ha desplazado a los ‘diablos rojos’ del primer plano del fútbol británico. En Europa, pese a jugar tres finales entre 2008 y 2011, están muy lejos a día de hoy de Barça, Madrid o Bayern e incluso de PSG o el actual subcampeón Juventus. Y desde la marcha de Sir Alex Ferguson, no hay estilo de juego ni un proyecto deportivo claro y definido. Además, el United ya no ficha grandes estrellas y sus jugadores más destacados, Rooney, Van Persie o Carrick ya son estrellas veteranas y venidas muy a menos.

La posibilidad de ganar siempre todos los títulos. Suena a tópico, pero Barcelona, Real Madrid y por descontado el Bayern de Múnich parecen los únicos de toda Europa con la capacidad, la grandeza y las plantillas de poder sumar un triplete cada temporada. En el caso de Sergio Ramos, quedarse en el Real Madrid pese a los cambios constantes de entrenador y la ausencia de una política deportiva, supondría contar siempre con un proyecto ganador y un club con la idiosincrasia de ganar títulos hasta firmando malas temporadas. De hecho, el propio sevillano fue consciente en la remontada de la Liga de Capello en 2007 o cuando bajo las órdenes de Mourinho rompieron la hegemonía del Barça de Guardiola.

Después del Real Madrid, la nada: Los casos de Özil, Di María y otros aún más flagrantes. No hay que echar la vista muy atrás para comprobar que excompañeros suyos no han destacado ni ganado nada tras abandonar la casa blanca. Di María en el Manchester United, más que posible destino de Ramos, puede dar buena fe de ello. Hay excepciones como Robben o Sneijder, quienes ganaron todo con Bayern e Inter, pero los precedentes no ayudan en nada a Ramos.

Dejar de ser un icono en España. La imagen de Sergio Ramos fuera del terreno de juego es impecable, ya que a sus actos benéficos con Unicef recientemente hay que sumar su vida familiar con Pilar Rubio y el hijo en común que tienen. Además, el segundo vástago ya está en camino y salir del Real Madrid implicaría desplazar a toda una familia. Al margen de estas cuestiones, todos los jugadores españoles que se han marchado a otras ligas dejan de estar en el primer plano y pasan más desapercibidos como estrellas dentro y fuera del campo.

Fama de pesetero y el desprecio del Bernabéu. La evolución de esta guerra entre Ramos y el club por su renovación quedará, a vista del gran público, como un cabreo por una mera cuestión económica. En caso de que el central tenga esta salida, que en ningún caso será fácil y jamás será como la de otros grandes ídolos del madridismo, haría que quedara marcado para siempre. En una eventual vuelta al Bernabéu con otra camiseta, el exigente público blanco tendría una buena diana.

NUESTRA OPINIÓN: Por el bien de Sergio Ramos y el Real Madrid, ambas partes deberían llegar a un buen acuerdo, firmar la paz y dar una buena explicación. Será difícil concebir un Madrid sin Ramos pero aún sería más difícil para él ganar más dinero pero perder todas las ventajas que conlleva vestir la camiseta blanca.