Juegos Olímpicos Tokio 2020 | ¿Lo sabías? Spiridon Louis, héroe de la maratón en Atenas

Con intención de resucitar el evento que ya existía en la antigüedad, en el año 1896 se celebraban en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Michel Bréal intelectual y amigo del barón Pierre de Coubertin, había sugerido rememorar la hazaña de Filípides. Este hombre recorrió una larga distancia corriendo para anunciar la victoria frente a los persas, para luego caer desplomado en Atenas, por eso se convirtió en una figura histórica que inspiró el acontecimiento deportivo actual: la maratón. Así lo cuenta la mitología clásica, aunque hay varias versiones de la historia. Bréal pensó que sería un bonito homenaje al origen de las Olimpiadas y a Coubertin la propuesta le pareció el reconocimiento perfecto a la leyenda que acompañaba a aquellos extraordinarios deportistas de la Antigua Grecia.

Los Juegos estaban reservados exclusivamente a los hombres, compitiendo así 241 deportistas de catorce países en pruebas de atletismo, natación y gimnasia deportiva entre otras. La la cita fue todo un éxito, tanto que los griegos sugirieron repetir la competición cada año en Grecia, como se venía haciendo en la antigüedad, logrando finalmente el acuerdo de que los Juegos fuesen rotando de sede, siendo la siguiente en acogerlos París en el año 1900.

Para rendir homenaje a la leyenda y ya que la idea fue bien acogida, los organizadores de la competición designaron al coronel Papadiamantopoulos para que organizara unas pruebas de selección de corredores. Los griegos, entusiasmados por la idea cada vez más cerca de materializarse y motivados por el patriotismo, acogieron como favorito para la victoria a Kharilaos Vasilakos, atleta que había demostrado ya su calidad en competiciones nacionales anteriores. El coronel le dio muchas vueltas a la cabeza creando la lista de los mejores atletas griegos, tratando de convencer a la gente usando la gesta de los doce dioses olímpicos que triunfaron en la batalla de los Titanes. Entonces, el coronel recordó a un soldado que había tenido bajo sus órdenes. Se llamaba Spiridon Louis y tenía buena condición física. Así, cuando tuvo reunidos Papadiamantopoulos a los atletas, les advirtió de los peligros que corrían, del esfuerzo físico inimaginable que supondría y también de la gloria que aguardaba al vencedor. Iba a ser una carrera de leyenda.

Un humilde aguador, aunque también se le adjudicaba la condición de pastor o mensajero. En el pueblo de donde procedía, (Maroussi), aún no existía el sistema de distribución de agua potable y su familia se venía dedicando al negocio desde varias generaciones. Cuando el general Papadiamantopoulos acudió al pueblo a 'reclutar' a Spiridon para la carrera, se sorprendió de que no estaba enterado de la celebración de la competición, cuentan de hecho que tampoco le hizo especial ilusión. Hizo falta una rigurosa insistencia por parte del coronel para que Louis participase en las pruebas de clasificación y apartase por unos días el negocio del agua. Quedó quinto y no llegó con suficiente motivación a la carrera oficial.

La historia cuenta, que el 10 de abril se dio el pistoletazo de salida. Eran 12 griegos y cuatro extranjeros los que comenzaban a marchar motivados por el sueño de convertirse en héroes. Los vecinos de Spiridon, fantaseaban con que él debía ser el ganador. Pero las cosas no marcharon según lo previsto. Las noticias que llegaban al estadio olímpico, donde aguardaban al menos 80 mil espectadores, eran desilusionantes puesto que Grecia no ocupaba ningún puesto de favor en la carrera.

Albin Lermusiaux, quien lideraba la prueba, tras superar el kilómetro 32 comenzó a desfallecer en su ritmo de carrera. El extranjero fue parando poco a poco hasta desmayarse. El liderato de la maratón lo asumía el atleta australiano Edwin Flack. El griego de repente ocupaba la segunda plaza hasta que consiguió también superar a Flack, básicamente porque resistió las duras condiciones de la carrera mejor que ninguno. Así, Spiridon Luis cruzaba la meta después de 40 kilómetros en primera posición, vitoreado por el público. Louis hizo historia y así lo cuenta también el mito. La hazaña realizada por el griego llegó a ser comparada por sus paisanos con la guerra de Titanes y su fama se extendió no solo por el país, sino por el mundo entero.

Los vecinos de Spiridon Louis llevaron a cabo una colecta de dinero para comprarle unas zapatillas adecuadas con las que pudiese competir. Louis no volvió a competir nunca más y fue el deportista más premiado de la historia. Se dice que tenía gratis muchos productos en los comercios de cualquier parte de Grecia, peluquerías y demás servicios. Él solo pidió un carro y una mula para poder volver a desempeñar su función de una manera más óptima. Trabajó también como agente de policía.

En los Juegos Olímpicos de Berlín Spiridon fue nombrado Presidente de Honor de la delegación griega.

La maratón de Atenas 1896 recorría una distancia de 40 kilómetros, dato que cambió en los Juegos Olímpicos de Londres en el año 1900. La reina de Inglaterra añadió 2 kilómetros y 195 metros para que la carrera pudiera comenzar en el Castillo Windsor y que la Reina pudiera observar la salida así como terminar en el Estadio Olímpico. Los organizadores se vieron obligados a extender la distancia quedando así para la historia futura 42.195 metros