Open Australia 2019, Osaka-Kvitova: Inédito, histórico y con el premio del nº1 (9:30, Eurosport 1)

El Osaka-Kvitova será a priori un duelo de poder a poder entre dos tenistas a las que gusta dominar el juego con sus juegos de saque y derecha. Mientras Kvitova elige la colocación con su slice que tanto ángulo abre ante a sus rivales y que le permite ponerse de derechas para dominar el punto, Osaka imprime más potencia, seguido de un golpe profundo para terminar por subir a la red y cerrar el punto si es necesario.

Kvitova es la experiencia, ya sabe lo que es jugar partidos importantes (acumula cinco semifinales de Grand Slam, incluido los dos Wimbledon conquistados en 2011 y 2014) mientras que Osaka es la tenista que ha pasado de 0 a 100 en menos de un año y que está llamada a liderar el circuito en los próximos meses. Pese a ello y a sus 21 años ya sabe lo que es ganar un Major (lo hizo en el pasado US Open ante Serena Williams).

La checa llega en un 2019 casi inmaculado 1 derrota en 12 partidos y habiendo conquistado el título de Sídney además ante duras oponentes como Kerber, Barty o Sabalenka y encima sin perder un solo set mientras que la japonesa apenas ha competido antes de plantarse en Melbourne habiendo sumado dos victorias y una derrota en Brisbane y cediendo tres mangas.

Pero ambas llegan con mano de hierro a esta ronda final y con el aliciente de ver que apenas hace un año sus carreras marchaban por otros derroteros bien distintos. Si la checa se estrelló en los cuatro Grand Slam previos, aunque sí sumó cinco títulos (San Petesburgo, Doha, Praga, Madrid y Birminghan) para pasar del 29º al 7º, la nipona conquistó Indian Wells y US Open para saltar del puesto 72 al 5.

Sus historias son bien distintas. Kvitova no olvidará nunca la mañana del 20 de diciembre de 2016 cuando un ladrón se coló en su piso y la atacó con un cuchillo. La checa se defendió y fruto de ello se llevó varios cortes profundos que precisaron de paso por el quirófano y seis meses fuera de los circuitos. Pensó en retirarse del tenis ya que la sensibilidad era poca y su juego se veía afectado. Su perseverancia y mentalidad hicieron que levantara el título en Birminghan y que fuera dando pasitos de vuelta a la élite.

Porque Petra estuvo a punto de ser número uno del mundo, pero Azarenka, otra tenista que vivió un calvario luchando por la custodia de su hijo, le privó de serlo en 2012 en un duelo aún recordado. Ahora, solo está a un paso del cetro mundial, ese que por calidad tenística y fortaleza mental merece.

Por su parte lo de Naomi Osaka ya no es un cuento de hadas. Se presentó al mundo ganando Indian Wells en una final ante Serena Williams a la que arrolló en poco más de una hora. A partir de ahí, ciertos altibajos pero un torneo impoluto en el US Open 2018 donde de nuevo se midió a la mujer con la que soñó imitar de niña durante sus primeros raquetazos: Serena Williams. En la final barrió de nuevo a la jugadora más grande de este siglo XXI, aunque lamentablemente será recordada más por la polémica de Serena con el juez árbitro y sus acusaciones de racismo y machismo posteriores, que lamentablemente por el juego desplegado por la japonesa.

Por ello, un duelo de poder a poder y con el aliciente de sumar otro Grand Slam y salir número uno del circuito (como ya pasara en 2018 en la final entre Halep y Wozniacki) hacen del Osaka-Kvitova una final que nadie debe perderse (Eurosport 1 y Eurosport Player, sábado 9:30). ¡Que gane la mejor!