Open de Australia 2016, Djokovic-Simon: Un maratón de espinas (6-3, 6-7, 6-4, 4-6 y 6-3)

Novak Djokovic. Andreas Seppi consiguió sacarlo de sus casillas y Gilles Simon lo puso nervioso durante las más de cuatro horas que estuvo en la pista. Con la increíble cifra de 100 errores no forzados, el de Belgrado sufrió muchísimo en los largos intercambios que le proponía constantemente su rival. Aunque no tuvo un protagonismo tan histriónico como el de la tercera ronda, sigue dejando muchas dudas cuando el torneo entra en su recta final.

Gilles Simon. Llegó sin nada que perder y afrontó el partido con soltura, imponiendo su tenis ultradefensivo en el que los rallies son la norma habitual. Se lleva el honor de haber sido el primer tenista en mucho en llevar al número uno del mundo en 2016 al límite. También se llevó un puñado de merecidas ovaciones por parte de la afición de Melbourne. Kei Nishikori, futuro rival de Nole, a buen seguro agradecerá el desgaste al que Simon lo sometió.

En su primer partido se vio a un Djokovic cumplidor, en el segundo apareció su versión más relajada cuando consiguió los dos primeros sets, en el tercero comenzó a ponerse nervioso y lanzar raquetas al suelo y en el cuarto fue llevado al límite. El tenista serbio nunca esperó sufrir tanto en Melbourne, y cada día que pasa en Australia ve cómo su condición de número uno y prácticamente única referencia actual del circuito masculino supone un efecto motivador en sus rivales, que quieren hacer daño a un jugador que en el final de 2015 parecía indestructible. Andreas Seppi comenzó a hacerle cosquillas, pero fue Gilles Simon y su férrea defensa permanente el que lo puso contra las cuerdas.

Cerraron la jornada matinal y por poco no llegaron hasta la noche australiana Djokovic y Simon. El serbio parecía tenerlo todo bajo control cuando sólo necesitó un break para llevarse el primer set, sobreviviendo en los eternos intercambios propuestos por el francés con paciencia. Comenzó a torcer el gesto cuando vio que el galo no se venía abajo, algo que suele ocurrirle al 95 % de sus rivales, y se enfadó consigo mismo cuando dejó escapar el tie break del segundo.

Intentó encarrilar nuevamente el partido y hacer acopio de serenidad, y consiguió con una nueva rotura en el momento oportuno la tercera manga, pero nuevamente volvió a levantarse GillesSimon. El francés tomó la iniciativa, no sólo en el juego, sino también psicológica, para llevar el partido a un agónico quinto set mientras el sol comenzaba a ocultarse. Djokovic consiguió minimizar los daños e imponer toda su calidad a última hora, no sin antes dejarse algunas bolas de partido por el camino, citándose con Kei Nishikori en cuartos de final. Djokovic deberá gestionar una nube de dudas cada vez mayor si no quiere evitar un adiós tempranero.

Djokovic ha sorprendido a propios y extraños dejándose su aura de invencibilidad en la primera semana del Open de Australia 2016. Seppi y Simon despertaron viejos fantasmas del pasado en el jugador de Belgrado, que ahora tendrá que tomarse el día de descanso antes de su siguiente partido como un día de reflexión profunda. Kei Nishikori será la prueba de fuego que permitirá ver si Djokovic está en disposición de empezar el año como lo terminó, levantando trofeos.