El ciclismo español no está tan mal como parecía: 2º por países del ránking UCI, 26 victorias en 2022 y el mejor futuro

PorAitor Simarro

Actualizado 31/10/2022 a las 18:29 GMT+1

El ciclismo español ha sufrido una transformación radical en la temporada 2022, donde ha logrado desquitarse de complejos y ha mostrado brotes verdes que llaman a la ilusión en un futuro tan cercano como el 2023. Marc Soler encontró el camino en Bilbao y Juan Ayuso y Carlos Rodríguez se presentaron en sociedad para quedarse mientras Movistar y Enric Mas mutaron para liderar una nueva generación.

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Marc Soler rompió el maleficio y lo hizo en casa. El corredor catalán del UAE firmó una exhibición en solitario en la llegada de la y lo hizo para volver a ver ganar a un ciclista español 668 días después en una Gran Vuelta, y ahí, en Bilbao, quitó la venda de un ciclismo español sumido en crisis y que desde entonces remontó el vuelo para demostrar que está de vuelta.

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121 etapas después se volvía a levantar los brazos y como todo en la vida, para bien o para mal, llegó acompañado. Tan solo dos días después Jesús Herrada prolongó el renacimiento de nuestro ciclismo con un esprint agónico ante Battistella y Wright en Cistierna y, entre lágrimas, proclamó al mundo aquel famoso "al loro, que no estamos tan mal" de Joan Laporta, reivindicando también la importancia de la clase media del ciclismo español.

Tal ha sido la reacción que España ha cerrado la temporada 2022 con un total de 26 victorias parciales que han elevado a nuestro país hasta la 2ª posición del ránking UCI por naciones con 11.880 puntos, por delante de potencias como Francia, la Eslovenia de Pogacar, Roglic y compañia, Países Bajos, Dinamarca o Colombia. La única capaz de superarnos ha sido una Bélgica (17.946 puntos) que cuenta con extraterrestres como Remco Evenepoel y Wout Van Aert que ganan cómo y cuándo quieren.

De las 26, destacan los estrenos como profesional de Ayuso y Rodríguez en Getxo e Itzulia, respectivamente, donde además tambien triunfaron Ion Izaguirre y Pello Bilbao. En Pollenca y O Gran Camiño fue el turno de Valverde, en Dauphiné de Verona, en Emilia de Enric Mas y en la Vuelta de las ya nombradas de Herrada y Soler, que tuvieron la oportunidad de volver a sumar victoria en una ronda española sanadora rozando el triunfo en Tentudía, Colláu Fancuaya y Peñas Blancas. Por fin, el ciclismo español mostraba brotes verdes.

La metamorfosis de Enric Mas

Tan lejos y tan cerca queda ya el episodio entre Enric Mas y aquel aficionado que se atrevió a llamarle "paquete" en plena Vuelta España, una ronda española donde el de Artá se reencontró con sí mismo y pasó de ser un corredor derrotado y con miedo a un campeón sin corona.

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En poco más de un mes, Enric transformó los miedos e inseguridades del Tour de Francia en rebeldía y desde Laguardia hasta la Sierra de Guadarrama peleó de tú a tú ante un Remco Evenepoel intratable al que acompañó en el podio de Cibeles en su tercer subcampeonato.

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Lejos de conformarse, Mas afrontó el final de temporada con las mejores piernas de su vida y lo más importante, con la mentalidad de saberse capaz de ganar a cualquiera. Y así fue. Después de trabajar para Valverde en Agostoni, el balear destrozó a Pogacar para coronarse en Emilia y vendió carísima y yendo al ataque la victoria en Lombardía, precisamente ante el esloveno. Consagrado como uno de los grandes, Enric apunta al Tour de Francia 2023 y lo hace permitiendo soñar con, por qué no, algo más que el podio.

Juan Ayuso y Carlos Rodríguez: Presente y futuro

Juan Ayuso y Carlos Rodríguez se han confirmado como el futuro pero también presente del ciclismo español. Prueba de ello es el podio de Ayuso en su primera participación en la Vuelta a España a sus apenas 19 años de edad y en su primer año como profesional, y el séptimo puesto de un Rodríguez que soñó hasta el último momento con subirse a uno de los tres cajones que esperaban en Cibeles hasta su dura caída en la etapa del Piornal.

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Con 19 y 21 años respectivamente han demostrado una energía, ambición, seguridad y entereza, retorciéndose sobre la bicicleta en los momentos más duros, impropia de unos chavales de su edad, presentándose así como las grandes bazas de nuestro país para volver a pelear por una Gran Vuelta. Sin presión ni prisa, Ayuso y Rodríguez ya nos permiten soñar con ganar a lo grande.

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Alejandro Valverde, el faro

El paso incontestable del tiempo abre y cierra puertas a partes iguales. Alejandro Valverde deja paso a los Ayuso, Rodríguez y compañía y lo hace marchándose como una leyenda que servirá de faro para las nuevas generaciones. El murciano se va con 133 victorias en su palmarés y luchando hasta el último día con los mejores, subiendo al podio en dos de las tres clásicas italianas de final de temporada y despidiendo su carrera con un sexto puesto en Lombardia.

A sus 42 años cuelga la bicicleta como el 10º mejor corredor del mundo en el ránking UCI y, pese a no haber podido ganar en la Vuelta a España como colofón a su trayectoria, se marcha con el cariño de una afición volcada que le ofreció su admiración en unas icónicas imágenes por las calles de Madrid y el podio de Cibeles.

Mikel Landa, Pello Bilbao y Marc Soler, líderes en la sombra

Un escalón por debajo de los Mas, Ayuso y Rodríguez, los ciclistas de Bahrain y UAE han demostrado en este 2022 su capacidad para hacer grandes resultados en Grandes Vueltas y sumar victorias de manera consistente para nuestro país, liderando, siendo atrevido en lo calificativo, la clase media-alta de nuestro ciclismo.

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Mikel Landa abrió el camino con un podio en el Giro de Italia y, tras un oasis por el desierto, apareció de la nada en Lombardía para enfrentarse en primera persona ante Pogacar y Enric Mas por la victoria en un Monumento. El de Álava tiene a su lado a un Pello Bilbao asentado y que junto a Marc Soler se han erigido como gregarios de lujo con galones en el pelotón y cazadores de etapas de prestigio. Con o sin favoritismo, siempre están en la quiniela.

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El renacer del Movistar Team

El equipo telefónico ha sido un reflejo perfecto del renacer de nuestro ciclismo. Sumidos en una crisis de resultados que amenazaba con la pérdida del ránking de WorldTeam, los de Unzué, con el agua al cuello, se liberaron con la victoria de Oier Lazkano en Valonia y desde entonces firmaron una serie de victorias balsámicas que evitaron la tragedia: el descenso.

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Tras Lazkano vinieron con un pan bajo el brazo los Pedrero, Aranburu, Serrano, Kanter, Gonzalo, Cortina, Mas y Sosa para redondear un final de temporada sublime que elevó al Movistar hasta una undécima plaza idílica en el ránking UCI tras las penurias vividas. Las críticas pasaron a ser elogios y la reivindicación a base de victorias, inconformismo y descarado marcan el camino a seguir tanto para la estructura azul como para el ciclismo español: dejar atrás los complejos y explotar las fortalezas de un ciclismo nacional que lejos de estar muerto vuelve a estar muy vivo.