Saúl, el hombre de los goles inolvidables

Si le preguntas a un aficionado del Atlético de Madrid por los goles de Saúl Ñíguez, podrá describir al detalle casi todos ellos. Desde que volvió de su cesión al Rayo Vallecano y se hizo poco a poco con la titularidad, el de Elche marca auténticas maravillosas que los hinchas rojiblancos son incapaces de olvidar.

El 7 de febrero de 2015 Saúl se ganó completamente al Vicente Calderón. Fue suplente en el derbi ante el Real Madrid, pero entró por el lesionado Koke. Un derbi en el que los de Simeone ganaron 4-0 y el centrocampista se salió con un golazo de chilena en el segundo tanto del partido. Nadie puede olvidarla.

Pero es la Champions League la que parece su competición fetiche. La pasada temporada hizo tres goles, los tres decisivos, dos de ellos de bella factura. El primero abrió la lata ante el modesto Astana con un soberbio taconazo a la salida de un córner.

El segundo está grabado a fuego en las mentes rojiblancas y dejó boquiabierto a media Europa. A los seis minutos de la ida de semifinales de Champions ante el Bayern Múnich de Guardiola, el alicantino se fue de tres rivales y disparó ajustado al palo para dar la victoria al Atlético y encaminar el pase a la final de Milán. Un gol de bandera que no fue elegido como el mejor de la pasada edición, provocando la indignación en la Ribera del Manzanares.

La última preciosidad de Saúl llegó el pasado martes con su improvisada volea, al más puro estilo McManaman en la final de la Octava, dando la victoria a su equipo ante el PSV Eindhoven en un estadio que parecía inexpugnable.

Pasarán años y años, pero ha quedado demostrado que los goles de Saúl son inolvidables.