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Ferencváros: Un regreso tardío con aroma a nostalgia europea

Agustín Galán

Actualizado 20/10/2020 a las 11:56 GMT+2

El Ferencváros debuta ante el Barcelona en la Champions League 2020/21 un cuarto de siglo después de su última participación en la máxima competición europea. Comandados por la leyenda ucraniana Serhiy Rebrov, los húngaros lo tendrán muy complicado para reverdecer los laureles que los llevaron a destacar en la década de los 60.

Laidouni, jucătorul refuzat de FCSB, va evolua în grupele Champions League, alături de Ferencvaros

Fuente de la imagen: Getty Images

Han pasado 25 años desde la última vez que el Ferencváros visitó España con motivo de un partido de Champions League. El 18 de octubre de 1995, los húngaros hicieron acto de presencia en un Santiago Bernabéu en el que Raúl González protagonizó su primer triplete en la máxima competición europea. Junto a él se alineaban jugadores como Paco Buyo, Fernando Hierro, Míchel o Iván Zamorano, señal del tiempo que ha pasado para que el club de Budapest volviera a asomarse al mayor escenario futbolístico del mundo.
Aquel Ferencváros noventero no pudo pasar la fase de grupos ante los blancos y el Ajax de Louis van Gaal, a la postre campeón de aquella Champions League. Para ubicar el pasado más glorioso de los húngaros hay que retrotraerse hasta la década de los 60, en la que alzaron la Copa de Ferias (el equivalente aún no reconocido por la UEFA a la actual Europa League) por 0-1 gracias a un gol de Máté Fenyvesi en el Comunale de Turín ante la Juventus aprovechando las ausencias de Omar Sívori y Sandro Salvadore. Aquel equipo capitaneado por Sándor Mátrai contaba también con jugadores de la talla de Zoltán Varga o Flórián Albert, el jugador que hizo que el nombre del Ferencváros sea aún reconocible en la historia del fútbol.
Albert, de cuya muerte están a punto de cumplirse nueve años, ganó el Balón de Oro en 1967, trofeo que destaca en una vitrina que también tenía la Bota de Oro y el Premio al Jugador Joven del Mundial'62. El Emperador es uno de los jugadores menos reconocidos por el aficionado medio entre los ganadores del máximo premio individual del fútbol, injusticia flagrante teniendo en cuenta que fue uno de los jugadores más elegantes de su época. Haber jugado en la etapa posterior a la de los Magiares Mágicos de los 50 sin duda lo penalizó, pero su buen papel en el Mundial de Chile lo sazonó con el tercer puesto de la Eurocopa'64, en la que España salió campeona.
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Flórián Albert - Hongrie

Fuente de la imagen: Imago

Sólo en 2007 el Ferencváros rindió un tributo a su figura dándole su nombre a su estadio, aunque fue un homenaje breve. En 2013 el estadio fue demolido para reconstruirlo y el nombre del mismo es simplemente Ferencváros Stadion, para poder renombrarlo con el patrocinador de turno. Para compensarlo, el club de Budapest erigió una estatua que sí luce en la entrada principal del estadio que visitará el Barcelona cuando devuelva la visita a Hungría, tierra que no pisa desde los 70.
Regresando a los Magiares Mágicos, el Barcelona se vio beneficiado de aquella generación irrepetible de talento húngaro al haber captado a tres jugadores que iniciaron sus carreras en el Ferencváros: Laszlo Kubala, Sándor Kocsis y Zoltán Czibor. Más de 60 años después, la actualidad del Ferencváros y del fútbol húngaro está muy alejada de la dorada década del fútbol magiar y también de sus mayores éxitos europeos en la década siguiente. El Debrecen fue el último equipo húngaro en disputar la Champions League en la temporada 2009/10, y la participación de Hungría en la Eurocopa 2016 respondió más a la ampliación de 16 a 24 selecciones que a un retorno a un nivel competitivo reseñable.
El Ferencváros al que se medirán Messi, Fati y compañía en su primer partido de la nueva Champions tiene mucha menos influencia húngara que los de antaño. Con Serhiy Rebrov como entrenador, los aficionados culés más veteranos recordarán aquella noche nefasta de 1997 en la que entre él y Andréi Shevchenko anotaron cuatro goles en el Camp Nou, pero el ucraniano no podrá salir desde el banquillo. En el terreno de juego la responsabilidad será para los extremos Zubkov y Uzuni o el guardameta Dibusz, nombres desconocidos en la élite que responden a un club multicultural en el que la importancia de los ucranianos es mayor que la de los propios húngaros.
El camino del Ferencváros para poder disfrutar de la presente Champions League no ha sido sencillo, ya que ha tenido que superar cuatro previas, tres de ellas a partido único. Djurgaardens, Celtic, Dinamo Zagreb y Molde han sido las víctimas en el retorno de los húngaros a la fase de grupos, todos ellos por resultados muy ajustados (3-3 terminó el play-off final a doble partido con los noruegos). Pensar que el Ferencváros pueda hacer daño a Juventus y Barcelona se antoja improbable, y sólo su rendimiento contra el Dynamo de Kiev al que bien conocerá Rebrov dirá si merecerá una segunda oportunidad o no en la Europa League. Por el momento, las águilas verdes vuelven a España 25 años después con la intención de no llevarse otro set como aquella noche otoñal en la que conocieron a Raúl González
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Ferencváros

Fuente de la imagen: Getty Images

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