¿Accidente o realidad? Las consecuencias del severo correctivo del Madrid en París

A merced del PSG. Así es como estuvo el Real Madrid a lo largo de los 94 minutos de partido en el Parque de los Príncipes. Indolente, sin ideas, sin reacción, recibiendo un golpe tras otro sin saber qué hacer. Pese al mal juego y al dominio constante del conjunto de Pocchetino, el Madrid se veía obteniendo un premio a modo de un valiosísimo empate, hasta que apareció Mbappé. E impartió justicia, demostrando, que al menos de momento, todavía no piensa en blanco. El Real Madrid salió a empatar, y a punto estuvo de conseguirlo, pero cuando un equipo se desentiende de esa manera del balón y de la valentía, normalmente suele ocurrir lo que sucedió ayer, que termina perdiendo.

Un dominio de principio a fin, que más allá del resultado, supuso un severo correctivo para el desfigurado equipo de Ancelotti. Un partido, que trae consigo muchas consecuencias.

La primera de las consecuencias para el Real Madrid, y que conlleva una gran importancia, se supo incluso antes de que terminase el partido. Exactamente, en el momento en el que Casemiro cometió falta sobre Paredes viendo la amarilla y cuando Mendy hizo lo propio con Danilo Pereira. Dos bajas más que sensibles para el técnico italiano, que no podrá contar con dos de sus pilares en el decisivo partido de vuelta. Casemiro que realizó un gran partido en labores de contención, y Mendy, exuberante físicamente, que pudo detener de cierta manera las acometidas de los velocistas ofensivos del PSG, serán difícilmente reemplazados en la vuelta. En París se frotan las manos.

Si hoy por hoy el Real Madrid tiene algún motivo o argumento para aferrarse al partido de vuelta, es única y exclusivamente gracias a la soberbia actuación del portero belga este martes, que mantuvo a su equipo vivo de principio a fin. Paradas de todos los colores que desesperaron al ataque francés. Incluida, por supuesto, esa magistral estirada para detener el lanzamiento de Leo Messi desde los 11 metros. Courtois no es solo uno de los mejores porteros del mundo, sino que es también, uno de los jugadores más determinantes de este Real Madrid, y en partidos como el del PSG, el que más.

Cuando el Real Madrid salta a un campo de fútbol, normalmente lo hace con la etiqueta de favorito. Los rivales le temen, y más, cuando echa a rodar el balón de las estrellas. Pero esa sensación parece haber quedado lejos. El Madrid saltó al césped del Parque de los Príncipes autoproclamándose inferior, y lo peor, asumiendo esa debilidad ante su rival. Cerrado atrás, rehuyendo el balón, sin presencia en el centro del campo... e incluso sin salir a la contra. Hemos visto muchas veces al Real Madrid esperar a sus rivales en campo propio, pero siempre con el cuchillo entre los dientes, mordiendo en la presión y preparados para salir al contraataque como cohetes. Ayer no fue así. Las pocas veces que el conjunto blanco robaba el balón, terminaba cediendo atrás para concluir con un balonazo de los defensas, o incluso de Courtois, hasta la zona del campo rival donde nadie lo disputaba.

Desde el primer minuto del partido se vio el planteamiento del técnico italiano. Un planteamiento por el que otros entrenadores como Mourinho o Simeone por ejemplo hubiesen recibido un tremendo linchamiento, acusándolos de defensivos y de equipos pequeños. Sin embargo, Ancelotti defiende que planteó la eliminatoria a 180 minutos, buscando salir de París con la portería a cero. Tal vez fue lo que buscó, pero de no ser por Courtois, en vez de con un gol en contra la renta pudo haber sido mucho mayor. El Real Madrid recibió 22 tiros a lo largo del partido, cifra que no sufría desde hace casi cuatro años, en un partido contra el Bayern de Múnich en 2018. Por su parte, el Madrid solamente dispuso de tres disparos, de los cuales ninguno fue a puerta. Ancelotti buscó el empate, pero le ocurrió lo que suele ocurrir cuando sales a empatar; que terminas perdiendo.

Además del planteamiento, valentía, talento individual y muchos otros factores más, hay un elemento que predomina en el fútbol actual, y es la capacidad física. El fútbol de hoy en día está dominado por futbolistas con una capacidad física tremenda, y de esos, el Real Madrid, y el fútbol español en general, no va sobrado. Ayer quedó demostrado. Achraf, Nuno Mendes, Danilo Pereira, Verrati, Mbappé, Di Maria... el PSG jugaba a otro ritmo, a otra intensidad. Casemiro, Mendy o Alaba tal vez puedan igualar esa exigencia física, pero en el cómputo global los franceses son muy superiores. La diferencia es peligrosa, ya que no es solo el caso asilado del PSG, sino que los grandes de Europa hoy en día es ahí donde destacan entre otras muchas cosas. Bayern, Chelsea, City...

Carvajal, Lucas Vázquez, Asensio y Rodrygo fueron los jugadores que ocuparon la banda derecha a lo largo del partido en París, y los cuatro fueron duramente castigados por la conexión entre Nuno Mendes y sobre todo, un imparable Kylian Mbappé, Carvajal, que fue sustituido por Lucas en el minuto 70, vivió una auténtica pesadilla en París. Sometido y superado en todo momento por el francés, esa frustración le generó una sensación de inseguridad constante, ejemplificada en la acción del penalti que posteriormente erró Messi. Lucas, que entró por el madrileño en la segunda parte, no mejoró el desequilibrio. El gallego, en la foto del gol decisivo de Mbappé, fue fácilmente superado y regateado dentro del área en el minuto 94. Asensio y Rodrygo, los extremos, además de la escasa aportación ofensiva, no lograron aportar en defensa, ni en las incorporaciones de Nuno Mendes ni frenando con ayudas a Mbappé o Neymar en el tramo final.

De una emboscada como la de este martes, y con un dominio tan sumamente aplastante, lo más lógico hubiese sido que la eliminatoria hubiese quedado sentenciada en París, pero, sin embargo, el Real Madrid, consiguió salir vivo, muy vivo. Visto el juego y las ocasiones de uno y otro, el 1-0 puede darse por más que bueno desde el prisma del equipo español. Además, eliminada la norma del valor doble de los goles fuera de casa, el Madrid solamente tiene que salir a ganar. "El espíritu de Juanito", "90 minuti en el Bernabéu son molto longo" y muchos otros emblemas de remontadas épicas irán saliendo a la palestra, pero lo cierto es que, misticismo a un lado, el Madrid tiene algo especial en la Copa de Europa. Nunca se le puede dar por muerto, incluso cuando parece que no respira. Cualquier otro club hubiese perdido ese partido ante el PSG por una goleada, y el Real Madrid lo hizo por 1-0 y en el descuento. En las peores situaciones sale a relucir ese espíritu indomable del Real Madrid. Eso sí, hoy por hoy, parece el único argumento al que aferrarse, ya que en lo futbolístico, el PSG demostró estar bastante por encima.