Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

La última vez que España salvó un 'matchball': Cuando Amor salvó a Clemente

David Orenes

Actualizado 23/06/2021 a las 12:05 GMT+2

1996. Hace 25 años que España no se ve en circunstancias tan adversas en una Eurocopa en la última jornada de la fase de grupos. Sin victorias, peligrando incluso un tercer puesto que le aseguraría estar en octavos de final. Los de Luis Enrique tienen cierta similitud con aquella España de Javier Clemente que, en Inglaterra, también se vio en el alambre.

Guillermo Amor celebra su gol en el Rumanía-España de la Eurocopa de 1996

Fuente de la imagen: Getty Images

Si el actual seleccionador español empezó a acaparar críticas fue por su discutida lista de convocados, principalmente por la falta de jugadores del Real Madrid, pero más todavía por la ausencia del capitán Sergio Ramos. En 1996, ese hombre que se quedó en casa de forma sorprendente fue Pep Guardiola, considerado entonces uno de los mejores centrocampistas del mundo, un perfil distinto al grupo que manejaba Clemente, que priorizaba más el físico. Al contrario que el asturiano, le gustaba cambiar los futbolistas de ataque continuamente, una zona en la que entraba en rotación el mismísimo Luis Enrique.
Si la España actual ha empatado con Suecia y Polonia con serios problemas para ver puerta, la España de 1996 firmó una actuación muy similar, también con dos puntos de seis posibles ante Bulgaria y Francia, aunque en este caso por idéntico resultado (1-1) y empezando en las dos ocasiones por debajo en el marcador. Alfonso en el 76’ (en la primera pelota que tocó nada más entrar) y Caminero en el 85’ fueron los héroes en dos partidos de mucha tensión.
picture

España-Bulgaria

Fuente de la imagen: Getty Images

Obligados a ganar en la última jornada ante Rumanía (casi como ahora, con un empate España no depende de sí misma, sino de que Polonia no gane), la Selección volvió a sufrir hasta el final, sobre todo porque Javier Clemente revolucionó el once de la forma más descabellada posible: puso a Alkorta de titular en el centro del campo y sentó en el banquillo a Amor, Guerrero y Caminero. Los dos primeros entraron en la segunda parte y mejoraron la imagen de un equipo plano, con más coraje que fútbol. Fue Guillermo Amor el que cabeceó al fondo de la red tras un balón a la olla que le cedió, también de cabeza, Alfonso. Fue una victoria de España por (1-2) que aún hoy trae cola: el goleador rumano en aquel partido, Raducioiu, insinuó que su equipo se había dejado perder: “Me pareció que nuestra defensa estaba completamente desorientada y no sabía a quién marcar, era un caso”, declaró hace apenas unos meses.
picture

ESP 1-2 Leeds; Javier MANJARIN

Fuente de la imagen: Getty Images

España pasó finalmente como segunda y le tocó en cuartos de final a la anfitriona, Inglaterra, con Wembley como escenario. Contra todo pronóstico, los de Javier Clemente hicieron un partidazo, con actuaciones individuales de mérito (Amor, Sergi y Kiko fueron los mejores) y un sinfín de ocasiones, eso sí, desperdiciadas. La falta de puntería y el pésimo arbitraje (el francés Batta anuló un gol legal a Julio Salinas y no pitó un claro penalti sobre Alfonso) evitaron la victoria, y mandaron la eliminatoria a los penaltis, donde fallaron Hierro y Nadal. “Estoy orgulloso de mis jugadores desde el primer día”, declaró Clemente, que huyo de polémicas tras caer de forma tan dolorosa, pero se acordó de lanzar un recado a Gascoigne: “Que sea más respetuoso y se quede quieto cuando suene el himno del equipo rival, las medias se las puede arreglar más tarde. Nosotros cuando sonó el himno inglés estábamos firmes, serios y respetuosos”.
Este miércoles España bien podría formar una victoria ante Eslovaquia que le clasifique al menos como segunda, y tratar de dar una buena imagen en octavos de final, pase lo que pase después. El esfuerzo es innegociable.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio