Lo que hemos aprendido del Villarreal-Atlético

Torres, el infalible. Aparece poco, dicen sus críticos, pero cuando lo hace es mejor taparse. Salió Fernando Torres en la segunda por el inoperante Mandzukic (este es un problema que crece en el Atlético) y acalló a El Madrigal con un gol de bandera a los 83 minutos, donde aprovechó el lamentable error del costamarfileño Eric Bailly para facturar un tanto de pura precisión en el regate, sentando a dos defensas y al portero, con trazas maradonianas incluso cuando algún malpensado barruntaba un inoportuno resbalón.

El Villarreal, un grano para el Atlético. No es un rival generalmente cómodo el Villarreal para el Atlético, al que suele poner en problemas y ya le venció en el encuentro de ida por 0-1 en el estadio Vicente Calderón. Los rojiblancos le pudieron devolver al final con mucho esfuerzo el resultado de hace unos meses.

Cuando están todos, mejor. Es evidente en este Atlético. Cuando Simeone dispone del plantel principal, cuando juegan los que toda la afición pondría siempre en el equipo de inicio, no suele haber consecuencias en el resultado a favor. Volvió a pasar aunque algunos no estén pasando por el mejor momento anímico, tipo Mandzukic, Arda y Koke.

Posesión rojiblanca. No pasa siempre que el Atlético como visitante lleve el peso del juego desplegado. Sucedió contra el Villarreal en El Madrigal y así fue construyendo sin prisa pero sin pausa un nuevo triunfo en la Liga de la que todavía es vigente campeón. Un mayor control rojiblanco del juego (43% contra 57%) que se plasmó en más llegadas y más momentos de marcar.

Oblak, un seguro a todo riesgo. El portero esloveno sigue maravillando y sacando de apuros al Atlético casi a cada acción en la que interviene. Como a los 34 minutos de partido cuando sacó un balón casi imposible a Víctor Ruiz en un cabezazo a bocajarro. Otra intervención para el recuerdo.

Koke y Arda, menos. No están en su mejor momento y eso penaliza a un equipo que en momentos anteriores de la temporada funcionó en su mejor versión gracias, también, a ellos y su talento para interpretar el juego. Pero no andan sobrados de frescura, son más previsibles y marcan menos las diferencias. Necesitan, probablemente, vacaciones largas este verano.

Simeone 200. El argentino Diego Pablo Simeone alcanzó los 200 partidos como técnico del club rojiblanco en El Madrigal y suma 127 victorias amén de cinco títulos. Fue un encuentro que tuvo su sello personal con los tres cambios tempraneros que cambiaron al equipo a mejor y que siguen recuperando su imagen tras la eliminación a manos del Real Madrid en los cuartos de final de la Liga de Campeones.