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Miami Open | Blog Murciego, First Dates: Roger Federer-Rafael Nadal

Fernando Murciego

Actualizado 28/03/2024 a las 14:56 GMT+1

Hoy se cumplen 20 años de la primera vez que Roger Federer y Rafael Nadal se enfrentaron individualmente en un partido oficial. Sucedió en tercera ronda del Miami Open de 2004, donde un jovencito de 17 años frenó en seco al Nº1 del mundo. Los orígenes de una rivalidad irrepetible.

Rafael Nadal derrota a Roger Federer en Miami 2004 en su primer enfrentamiento

Fuente de la imagen: Imago

En la vida siempre hay una primera vez para todo, aunque no todas cobran la misma relevancia con el paso del tiempo. Hoy, 28 de marzo, se cumplen justo dos décadas del primer partido entre Roger Federer y Rafael Nadal dentro de una pista de tenis, un duelo que se produjo en tercera ronda del Miami Open 2004 cuando el suizo tenía 22 años y el español apenas 17. Los más estudiados recordarán que fue Nadal quien se llevó la victoria, que dominó aquel encuentro con mano de hierro, parando el reloj en poco más de una hora y llevándose el triunfo en sets corridos. Pero esto solo son los datos fríos, detrás de aquel cartel existen un montón de aspectos que analizar.
¿Quién era Roger Federer? De entrada, era el flamante número 1 del mundo. Después de levantar su primer Grand Slam en Wimbledon 2003, el suizo comenzaba a construir lo que sería un imperio como nunca antes se había visto. Al partido contra Nadal llegó con un balance 23-1 aquella temporada: campeón del Open de Australia, Dubái e Indian Wells, derrotado únicamente en los cuartos de final de Rotterdam ante Tim Henman. Tras despedir a Peter Lundgren de manera inesperada meses atrás, el de Basilea había apostado por afrontar el nuevo calendario en solitario, una decisión que muchos criticaron, hasta que el jugador demostró que no necesitaba de ningún mentor para imponerse al resto.
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Federer y Nadal, en Miami 2005

Fuente de la imagen: Getty Images

¿Y quién era Rafa Nadal? Según el ranking, solo era el #34 tenista del mundo. Si hablamos de sensaciones, hacía tiempo que llevaba despertando pasiones por su manera de competir, de moverse, de transmitir y, por encima de todo, de romper récords de precocidad. A falta de dos meses para cumplir la mayoría de edad, el de Manacor llegaba a esta cita después de pisar en enero (Auckland) su primera final profesional, donde cedió ante Dominik Hrbaty. Luego le veríamos avanzar hasta la tercera ronda del Open de Australia, perdiendo allí ante el ídolo local, Lleyton Hewitt. Tras disputar por primera vez el torneo de Indian Wells –donde llegó hasta tercera ronda con Agustín Calleri– ahora le tocaba debutar en Miami, un evento que jamás había sido conquistado por un tenista español.

EL CONTEXTO, SIEMPRE NECESARIO

Es momento de sacar la información de valor, aquella que no se supo hasta después del encuentro, la que hubiera cambiado por completo la génesis de esta rivalidad. Roger Federer, enfermo por aquellas fechas, nunca debió disputar ese torneo. ¿Qué le pasaba al suizo? Que venía de ganar en Indian Wells, una larga travesía por el desierto de la que marchó con un golpe de calor y unas cuantas secuelas: fiebre, náuseas, vómitos y dolor en las extremidades. Mira que ha sido un jugador de enfermar muy pocas veces a lo largo de su carrera, pero en esa ocasión le pilló el tren.
Desde California se trasladó a Portland, Oregón, donde le esperaba una sesión de fotos para un anuncio de Nike. Dicen que su estado físico obligó a detener el rodaje de manera constante, que llegó a verse tan mal que hasta se planteó no viajar a Florida. Pero arriesgó. Su vuelo tenía una escala en Los Ángeles, donde tuvo que pasar la noche debido a que prácticamente no podía ni caminar, por lo que se hospedó en un hotel cercano al aeropuerto. Una vez llegó a Miami le esperaban nuevos compromisos comerciales, esta vez con Wilson. Hasta última hora reflexionó sobre si bajarse o no del cuadro, pero el hecho de estar exento de primera ronda y no debutar hasta el sábado terminaron por convencerle. En la primera curva, Nikolay Davydenko le hizo sudar durante dos horas (6-2, 3-6, 7-5), pero no logró impedir que el helvético ampliara su racha hasta las doce victorias consecutivas.
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Nadal vs Federer en Miami 2004

Fuente de la imagen: Eurosport

Mientras tanto, Nadal, que también estaba exento de la primera ronda como #32 cabeza de serie del cuadro, tuvo que pelear menos para solventar su primer escollo, ya que un veterano Goran Ivanisevic se retiraría lesionado después de entregar el primer set por 6-4. Así pues, el plan ya estaba definido: suizo y español iniciarían una nueva rivalidad dentro del circuito, aunque eso sí, no sería la primera vez que se vieran las caras dentro de la pista. Aquí es donde entra una de esas curiosidades que no olvidaréis. Justo dos semanas atrás, en el torneo de Indian Wells, ambos chocaron en octavos de final del cuadro de dobles. Roger haciendo pareja con Yves Allegro y Rafa formando dupla con Tommy Robredo. Ganaron los españoles (5-7, 6-4, 6-3), aunque aquel triunfo pasó totalmente desapercibido para el mundo del tenis. Ahora era el momento de que chocaran sin la compañía de ningún socio.

UNA RIVALIDAD MUY TÁCTICA

Aquella noche, Rafa Nadal superó a Roger Federer por un doble 6-3 en 70 minutos. ¿Un mal día en la oficina del suizo? Evidentemente, no estuvo a la altura de sus anteriores compromisos, por la razón que sea. Aunque salvó cuatro pelotas de break, acabó perdiendo tres veces el saque. ¿Un muy buen día en la oficina para el español? Evidentemente, era una noche para salir a disfrutar y sin nada que perder, quizá por eso su rendimiento superó cualquier expectativa. El balear no concedió ni una sola oportunidad de ruptura, demostrando que la admiración por su rival no le impedía plantarte cara en uno de los mayores eventos del calendario, confirmando que estaba hecho de una pasta diferente al resto de jóvenes. Pero nadie mejor que ellos mismos para explicar qué pasó exactamente aquel 28 de marzo.
Siempre es difícil jugar por primera vez con alguien, pero está claro que él hizo un gran partido”, resolvió de entrada un Federer sorprendido, pero muy honesto. “Hoy Rafa fue el mejor jugador, intenté encontrar mi ritmo, pero él fue muy agresivo y no me dejó jugar de la manera que quería. No es que sea un jugador que golpee rápido y fuerte, es más el efecto que le imprime, hace que la bola rebote muy alto, esa fue la lucha que tuve hoy. Intenté escapar de ese problema, pero no fui capaz. El partido se ha regido a su manera, hizo algunos tiros increíbles, pero no me sorprende, ya había oído hablar mucho de él”, reconoció el Nº1 mundial, quien terminaría aquella temporada con once títulos y perdiendo solamente seis encuentros.
He jugado uno de los mejores partidos de mi vida, aunque él tampoco hizo su mejor tenis, esa es la razón por la que pude ganar”, añadió Nadal minutos después, sincero con ambas partes. “Si Roger hubiera sacado su mejor versión, no habría tenido ninguna oportunidad. Pero esto es tenis y estas cosas pueden pasar, así que estoy muy feliz. Por mi parte, creo que hice un tenis casi perfecto, jugando dentro de la cancha, dominando los intercambios y presionándole para que no estuviera cómodo. Pero la clave fue que saqué extremadamente bien, probablemente nunca había sacado así en toda mi vida. Tenía muchas ganas de jugar este partido, él es el Nº1 del mundo, así que entré a la pista con actitud positiva”, expresó el hombre que un día después sería derrotado en octavos de final ante Fernando González.
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Roger Federer y Rafael Nadal en la final del Miami Open 2005

Fuente de la imagen: Getty Images

¿Y qué pasó con la enfermedad de Roger? ¿Hasta qué punto alteró el resultado? “Mi fatiga en este momento no tiene nada que ver con los partidos que vengo jugando. He estado enfermo y esto fue un problema a la hora de preparar este torneo, pero ayer me fueron las cosas bien. Hoy jugué ante un rival que fue mejor, ese fue mi problema”, manifestó el helvético, dándole todo el mérito a su rival. “Por momentos me faltaron algunas reacciones, tal vez pelear más en las esquinas, pero enfrente tenía un patrón de juego al que no estaba acostumbrado. Creo que su derecha es el golpe más peligroso, ahí es donde encuentra la velocidad para atravesar toda la cancha”, subrayó el de Basilea.
El punto más importante estaba en no dejar que hiciera su juego, porque si lo hace te gana 6-1, 6-1, tal y como estamos viendo este año, es algo que nunca antes se ha visto en el tenis”, acompañaba Nadal acerca de la táctica empleada. “Me considero un jugador que puede hacerlo bien en todas las superficies, aunque he crecido en tierra batida. Al final, si no estás en buena forma y preparado mentalmente, es imposible competir contra estos jugadores. Este año me veo con mucha más confianza, sé que puedo jugar a estos niveles, que pertenezco al rango más alto. De momento solo jugué en Wimbledon, US Open y el Open de Australia, así que necesito jugar en París, donde no he jugado antes”, pensaba en alto el español, que ese mismo verano inauguraría su palmarés individual levantando el título en Sopot.

EL PRIMERO DE MUCHOS

A todo el mundo le quedó claro que aquello no había sido un simple partido, así como Nadal no sería un rival más. Su condición de zurdo y esa manera de envolver la pelota prometían convertirse en un combo mortífero para el que apuntaba a ser el mejor de todos los tiempos. “Si Rafa no fuera zurdo, no habría ganado ningún título de Grand Slam”, llegó a titular Roy Emerson muchos años después, cuando todo el mundo tenía asimilado el componente táctico de esta rivalidad. El manacorí contaba con el arma perfecta para neutralizar ese primer tiro del suizo, una derecha cruzada que solía chocar con el revés de un diestro. Solo un 10% de los tenistas del circuito son zurdos, pero jamás pensó Roger que esta estadística tendría tan poco valor en su carrera.
Definitivamente, Rafa ha mostrado un par de debilidades en mi juego, aspectos que yo ya conocía, pero el hecho de ser zurdo le ha llevado a mostrarlo más fácilmente”, respondía el suizo años después, cuando su rival comenzó a torturarle cada fin de semana en las canchas de tierra batida. “Me hizo considerar mi propio juego, me hizo trabajar de manera más específica para contrarrestar el estilo de un tenista zurdo. Ahora para mí es completamente distinto jugar ante un zurdo, sé que Nadal tiene una gran ventaja en ese sentido, pero también sé no hay muchos como él”, apuntó con cierto alivio.
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Nadal se sincera tras la retirada de Federer: "Estoy perdiendo una parte de mi vida"

El destino quiso que no volvieran a verse las caras hasta un año después, precisamente en el mismo torneo, pero esta vez en la final, allí donde Nadal llegó a dominar por un marcador de 6-2, 7-6 y 4-1. Cualquier otro habría tirado la toalla viendo el panorama, pero Federer apretó los dientes y decidió hacer historia, dándole la vuelta al partido (2-6, 6-7, 7-6, 6-3, 6-1) y conquistando un nuevo Masters Series. En su cabeza arraigó la idea de que aquel salvaje de Manacor podría arrancarle un poco de gloria sobre superficies lentas, aunque finalmente acabó dominándole en todo tipo de terrenos, confirmándose como su bestia negra a nivel deportivo. El suizo tendría que reinventarse a los 35 años para maquillar un H2H que rozaba lo humillante, pero fueron tantas decepciones que no le quedó otra opción. Al final lo consiguió, cerrando de la manera más armónica un pulso plagado de contrastes.
De los siete primeros enfrentamientos que tuvieron, Rafa ganó seis. De los siete últimos enfrentamientos que tuvieron, Roger ganó seis. Fueron 40 duelos inolvidables, aunque ningún tan especial como el primero
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