¿Lo sabías? La final de Monte Carlo que no conoció vencedor

La figura de Guillermo Vilas siempre ha sido asociada a la tierra batida donde, hasta la irrupción del fenómeno Rafa Nadal, había ejercido un gran dominio a lo largo de su exitosa carrera. En 1976 ganaba en el torneo disputado en el Principado y vivía su mejor año en 1977, temporada de la que todavía resisten un buen número de récords históricos de la ATP, aunque curiosamente para la asociación, el argentino nunca llegó a ser número uno del mundo, a pesar de destrozar la tabla de registros en un curso para el recuerdo.

16 títulos, 46 partidos ganados de manera consecutiva, 53 si solamente tenemos en cuenta la tierra batida y 130 victorias en un solo año, fue el mágico 1977 de un Vilas, que había irrumpido con fuerza en el circuito en 1974, y que en una temporada para enmarcar también sumaba los títulos en Roland-Garros y el US Open, que se disputó sobre polvo de ladrillo. Pero todo ello no le valía para encaramarse al número uno de la ATP, aunque sí que lo hacía para el prestigioso ránking de la revista ‘World Tennis’.

Un total de 62 títulos, de los cuales 49 fueron disputados en arcilla, cifra histórica que Rafa Nadal logró superar con su victoria, precisamente en Monte Carlo, en 2017, consiguiendo su décimo trofeo en el torneo monegasco venciendo en la final a Albert Ramos-Viñolas. El argentino, todo un hito viviente del tenis, que sin embargo, no pudo celebrar la victoria en 1981, en un duelo que le enfrentaba al estadounidense Jimmy Connors.

El norteamericano todavía ostenta el honor de ser el tenista con más títulos a lo largo de su carrera, con 109, sin contabilizar por su puesto el de Monte Carlo 1981, y en 1977 era el jugador que privaba a Vilas de alzarse con el número uno mundial del ránking. El polvo de ladrillo nunca fue su superficie fetiche, siendo Roland-Garros el único Grand Slam que no pudo ganar, quedándose en cuatro ocasiones en las semifinales. Sí que se hizo con un ‘major’ en la tierra batida, ya que en 1976 conquistaba el US Open derrotando en la final a Bjorn Borg. Precisamente en la semifinal, superaba a Guillermo Vilas con claridad en tres sets.

No existen demasiados capítulos de rivalidad entre Vilas y Connors, nueve en total con cinco victorias para el estadounidense y cuatro para el argentino, diez si se contabiliza el famoso partido de 1981. Solamente una final de Grand Slam vería el duelo entre ambos jugadores, la ya citada del US Open 1977 que se llevaba el porteño en cuatro mangas (2-6, 6-3, 7-6 y 6-0), remontando un resultado adverso en el primer set.

Guillermo Vilas transitaba la parte alta del cuadro como cabeza de serie número tres del torneo, en el mismo lado que el líder del ránking, Bjorn Borg, que contra todo pronóstico caía en primera ronda frente al paraguayo Víctor Pecci. El paso del argentino era firme, arrollando a Ilia Nastase en su debut (6-0 y 6-0), y solamente teniendo algo de problemas en los cuartos de final frente al checo Tomas Smid, que lograba arrancarle un set. Adriano Panatta en semifinales tampoco podía evitar que alcanzara sin mayores apuros la final (2-6 y 2-6).

Por su parte Connors, por la parte baja como número dos, no cedía ni un set hasta llegar a la gran final, dejando por el camino entre otros a Yannick Noah o el húngaro Balazs Taroczy, al que batía en las semifinales (1-6 y 6-7). El enfrentamiento frente a Vilas estaba servido, donde buscaría su primer título en el Montecarlo Country Club.

Sin embargo, la lluvia había hecho estragos durante toda la semana en el Principado, retrasando el cuadro individual y de dobles, y en la final no iba a ser menos. El lunes 20 de abril saltaban a la pista Vilas y Connors, esperando poder cerrar el torneo, pero solamente disputaron diez juegos, hasta que volvió a aparecer la temida agua, que hacía imposible que los jugadores siguieran disputando el partido.

El resultado, totalmente empatado. Cinco juegos para cada uno y la incertidumbre de cuándo se podría seguir jugando la final. La decisión, consensuada por todos, fue la de emplazar el resto del partido en una fecha posterior a la disputa de Roland-Garros, que tenía previsto su fin el 7 de junio de dicho año.

Ninguno de los dos conseguiría vencer en París, donde triunfaba Bjorn Borg en la gran final ante Ivan Ledl, y el partido de Montecarlo no llegó nunca a reanudarse, generando un vacío que con los años no se ha sabido como rellenar. Para la ATP nadie ganó ni fue finalista en 1981 y en el palmarés del torneo no aparece triunfador en dicha fecha. Vilas se resarciría al año siguiente triunfando por segunda vez en Monte Carlo, Connors nunca sería capaz de sumar a su extenso palmarés el triunfo en el Principado.