Xavi Hernández | Los cuatro retos capitales del nuevo entrenador del Barcelona

Xavi Hernández tiene una semana con una agenda apretada a pesar de que no hay competición de clubes por el parón internacional en el que España se jugará el pase al Mundial de Catar. El nuevo entrenador azulgrana será presentado este lunes y el martes dirigirá su primer entrenamiento con el primer equipo, primera toma de contacto con un grupo tocado en lo anímico y con un estado físico muy delicado, como se pudo apreciar en el partido contra el Celta, en el que el colapso fue total tras desperdiciar un 0-3 favorable. Son cuatro las columnas sobre las que el de Terrassa tendrá que edificar su proyecto en el Camp Nou, un ciclo del que muchos aficionados esperan la excelencia alcanzada durante la era Guardiola.

Xavi Hernández ha insistido por activa y por pasiva que el juego de posición es su credo futbolístico, y es lo que intentará implantar en el Barcelona. Aunque el conocido como ADN Barça se reivindica constantemente, la realidad es que desde la salida de Luis Enrique (que ya supuso una vuelta de tuerca), el ideario más purista del fútbol que debe practicar el equipo azulgrana ha ido siendo relegado en detrimento de otras escuelas futbolísticas. El 4-4-2 de Ernesto Valverde, la infructuosa apuesta de Quique Setién por la posesión y la escuela pragmática de Ronald Koeman han terminado generando un totum revolutum en el que muchos jugadores se mezclan sin que se haya desarrollado una química real.

Introducir en esta dinámica a jugadores que aún parecen estar pagando el peaje de la adaptación a sus compañeros, como pueden ser Memphis Depay o Sergiño Dest, será una tarea a afrontar de forma inmediata. Los automatismos no llegan de la noche a la mañana, pero el Barcelona lleva dos temporadas dando la sensación de que muchos jugadores aún ven el juego colectivo como algo extraño a su naturaleza. Si Xavi Hernández quiere que el fútbol de su equipo sea sinfónico, será importante que todos aprendan a tocar la misma melodía.

La idea de que el 4-3-3 es la base innegociable de la propuesta de Xavi puede encerrar alguna sorpresa. Durante su etapa en el Al Sadd se pudo apreciar cómo el sistema que utilizaba el equipo catarí cuando jugaba Gabi en el centro del campo incluía un doble pivote para aprovechar la experiencia del excapitán del Atlético. Con Sergio Busquets como único centrocampista de su última etapa como jugador en el Barcelona, Xavi tiene claro que él es la pieza clave en torno a la cual se tiene que generar todo el armazón futbolístico del Barcelona, por más que su veteranía ya lo lastre en las transiciones defensivas.

La figura de Frenkie de Jong gana mucha importancia en este aspecto, ya que hasta el momento el neerlandés ha sufrido para afianzarse como relevo de Sergio y también como compañero suyo en el centro del campo. Tan sólo unos meses productivos como centrocampista con llegada bajo el manto protector de Ronald Koeman hablan en su favor, por lo que es ahora cuando se espera el definitivo paso adelante del 21 azulgrana. En otro escalón se encuentran los centrocampistas jóvenes. Nico y Gavi fueron bautizados recientemente por Gerard Piqué como dos dignos sucesores de Xavi e Iniesta, y Riqui Puig afronta su enésima oportunidad de ganarse el favor de un entrenador.

Las tres lesiones con las que terminó la infausta cita de Balaídos contra el Celta (Ansu Fati, Eric García y Nico González) son sólo la punta del iceberg de un rosario de desgracias que han afectado a la primera plantilla. Desde la prensa catalana ya se ha apuntado el interés de Xavi por limitar el número de lesiones (Dembélé, Braithwaite, Piqué y Agüero, aunque éste último por cuestiones no musculares). Para ello, más que la naturaleza de los entrenamientos, los cuales han sido tildados de ligeros por jugadores ya alejados del Barcelona como Jean-Clair Todibo o Malcom, el foco estaría más situado en el cuerpo médico. Ricard Pruna, médico ligado durante muchos años al Barcelona que se marchó este verano al fútbol emiratí, podría regresar al club en los primeros pasos de la era Xavi.

Aunque Leo Messi ya no está en el club, aún quedan varias patatas calientes que gestionar con los jugadores más veteranos del vestuario. La situación de Sergio Busquets, Gerard Piqué y Jordi Alba es una de las tareas más peliagudas que tendrá que afronta Xavi Hernández, excompañero de todos ellos como jugador. Aunque los tres han rendido a buen nivel en comparación con el nivel medio del resto de compañeros, en partidos de alta exigencia terminan mostrando sus cada vez mayores debilidades. Garantizar un relevo eficiente y poco traumático a corto y medio plazo de todos ellos será quizá la labor más compleja de Xavi.

Para guiarlo en esta labor podrá seguir el consejo de uno de sus mayores mentores, Luis Aragonés. El Sabio de Hortaleza pasó de ser jugador de la primera plantilla del Atlético a entrenador, lo que por fuerza cambió la relación con los que fueron hasta ese momento compañeros suyos. "Hasta ahora he sido vuestro compañero, ahora soy vuestro jefe", dijo Aragonés en el vestuario mientras empezaba a tratar a todos de usted. Parece complicado que Xavi marque tantas distancias en la que considera su casa, pero su autoridad y su responsabilidad aumentan de forma exponencial a partir de este lunes, dejando ya atrás el recuerdo que dejó mientras lucía el 6 sobre el terreno de juego.