Análisis Eurosport: Los retos de Thomas Tuchel para reflotar al Chelsea

Thomas Tuchel ya conoce de primera mano el banquillo de Stamford Bridge después de su debut oficial ante el Wolves. Sin tiempo material para conocer mínimamente a su plantilla tras haber relevado a Frank Lampard, destituido el pasado lunes, el reparto de puntos dejó a los blues octavos de la Premier League con 30 puntos, a ocho del Manchester City -con un partido menos los cityzens- y a siete del cuarto puesto que da acceso a la Champions League. El alemán, que inició la temporada como entrenador del PSG y ha terminado aterrizando como paracaidista de emergencia en Londres, tendrá que dirigir su atención a distintos aspectos de un club tan poderoso en lo económico como complejo en su día a día.

La destitución de Frank Lampard ha sido calificada como inoportuna por gran parte de la prensa británica. Su condición de leyenda blue y el hecho de que la diferencia de puntos respecto al vagón delantero no era tan grande como para tomar medidas drásticas son dos de los motivos que más se repiten, pero la realidad ha terminado discurriendo por otro sendero. Lo que sí se achaca al técnico inglés es su voluntad de haber querido forzar un cambio de ciclo en el Chelsea, dejando apartada a gran parte de la vieja guardia del vestuario, lo que ha podido generar recelos y suspicacias ante una generación de jóvenes ingleses que aún tienen que madurar en la élite.

Uno de esos ejemplos es César Azpilicueta, el capitán blue que este año había visto cómo su indiscutible titularidad se había difuminado de repente ante la apuesta de Lampard por Reece James en el lateral. Jorginho y Olivier Giroud son otros dos jugadores con mucha influencia que se habían visto relegados en los últimos meses. Los tres fueron incluidos en el primer once inicial de Tuchel, algo que venían reclamando con buenas actuaciones siempre que tuvieron que jugar como segunda unidad con Lampard, como se pudo apreciar en el póker con el que Giroud trituró al Sevilla en la Champions League.

En una Premier League más sobrecargada de partidos de lo habitual tras el impacto que la pandemia tuvo en la temporada anterior, ni el Chelsea ni ningún otro equipo del top 6 de la Premier League tiene apenas margen de error. Una mala racha de resultados puede dejar a cualquier equipo fuera de la lucha por Europa, y ahora mismo los blues están en la misma situación que el Arsenal, luchando por no descolgarse más de la cuenta con la segunda vuelta ya iniciada.

Frank Lampard dejó al equipo con sólo dos victorias en sus últimos ocho partidos ligueros, echando por la borda un inicio en el que sólo hincó la rodilla una vez en 11 partidos. El extécnico del PSG tiene por delante un calendario relativamente asequible, con el Tottenham como único grande en el horizonte antes de enfrentarse al Atlético en los octavos de final de la Champions League. Su primer mes al frente tendrá como principal responsabilidad la de volver a codearse con los equipos de la zona Champions de inmediato.

En un año en el que las finanzas de los clubes de todo el mundo están tambaleándose, el Chelsea hizo saltar la banca con un desembolso en fichajes de 248 millones de euros. Una sanción previa de la FIFA antes de que se desatara la pandemia había permitido al club de Roman Abramovich acumular unos ahorros que en el pasado verano fueron de mucha utilidad. Kai Havertz, Timo Werner, Ben Chilwell, Hakim Ziyech y Édouard Mendy tenían que ser refuerzos de rendimiento inmediato por su talento y su potencial, pero varios de ellos se han quedado estancados en la primera vuelta.

Sólo Chilwell y Mendy han aportado un plus de calidad a sus posiciones de forma inmediata. Kai Havertz aún no ha terminado de explotar todo el potencial que maravillaba en la Bundesliga con el Leverkusen, Werner se encuentra extraviado en un ataque en el que apenas ha generado química con sus compañeros y Ziyech se ha ido difuminando hasta ser un meritorio más en la plantilla. La condición de alemán de Thomas Tuchel debería ayudar al despertar de Werner y a un salto de calidad de Havertz, mientras que su gusto por el fútbol ofensivo debería casar bien con la capacidad de desequilibrio que Ziyech tenía con la camiseta del Ajax. El estadounidense Christian Pulisic, al que Tuchel conoce de su pasado en el Dortmund, también podría ser un claro beneficiado del cambio de entrenador.

La batalla por la Premier League parece un duelo mano a mano entre los dos equipos de Mánchester, City y United, con el sorprendente Leicester al acecho en espera de un error. La octava posición de los blues no permite albergar demasiadas esperanzas de una remontada que terminara con otra liga en las vitrinas londinenses, por lo que el foco inmediato pasa a los torneos coperos, donde al Chelsea sí se le podrá exigir que al menos la temporada no termine en blanco.

El camino en la EFL Cup terminó en la cuarta ronda, cuando el Tottenham de José Mourinho apeó a su exequipo en la tanda de penaltis tras un 1-1. Quedan activas por lo tanto las eliminatorias de FA Cup y Champions League. En la copa inglesa, en la que ya no están en liza el Arsenal ni el Liverpool, el Chelsea tendrá que verse las caras con el modesto Barnsley de segunda categoría, mientras que en Europa será el rival del Atlético, que guarda un grato recuerdo de Stamford Bridge. Los rojiblancos vencieron en la Supercopa de Europa de 2013 y en las semifinales de la Champions League 2013/14, precedentes que convierten la FA Cup en el objetivo más al alcance de Tuchel en sus primeros pasos en Londres.

Uno de los aspectos que mejor caracteriza al Chelsea desde que Roman Abramovich se hizo cargo del club es lo que en Inglaterra han denominado la cultura del despido. Desde 2003 han sido ya 14 los entrenadores despedidos (en el caso de José Mourinho incluso en dos ocasiones) del banquillo de Stamford Bridge, el más caliente de las islas Británicas. Por si no lo sabía, a Tuchel se lo recordaron en su presentación, obligando al alemán a responder con toda su capacidad diplomática. "Estoy absolutamente agradecido por trabajar en este nivel. Si fichas por el Chelsea, fichas por el hambre de títulos. Fichas para ser competitivo en cada competición que juegas, soy consciente de ello".

Con el multimillonario ruso en un discreto segundo plano desde hace años, las riendas del club las maneja Marina Granovskaia. Los lamentos de Lampard cuando en el mercado de invierno pasado, ya con la sanción de la FIFA levantada, no llegaron refuerzos de entidad, le terminaron pasando factura a largo plazo, por lo que Thomas Tuchel tendrá que proceder con mucho tacto en los despachos. No es una tarea desconocida para el alemán, que llega precisamente del PSG, un club en el que el entrenador es "un político deportivo, un ministro de deportes", como él mismo se autodefinió al ver que tenía que lidiar con polémicas en los medios cada semana.