ATP World Tour Finals 2016, Wawrinka-Cilic: Prohibido rendirse (7-6 y 7-6)

Stan Wawrinka. Radicalmente opuesto a su debut en las ATP Finals. Wawrinka sabe manejar la presión de un torneo con round robin y consiguió que el formato jugara a su favor para seguir con opciones de alcanzar las semifinales. Su gran partido ante Marin Cilic hace que pase de ser considerado como el gran candidato a una temprana eliminación a un aspirante a todo, una vez comprobado el rendimiento que puede dar en las grandes citas.

Marin Cilic. Le faltó cuajo en su partido ante Wawrinka. Si en el primer duelo ante Andy Murray mostró buena imagen pero se quedó a medias frente al muro impenetrable que es hoy el número uno del mundo, contra Wawrinka le falló tener más mano izquierda en los tie breaks, donde Wawrinka marcó diferencias.. Semejante gentileza no podía ser desaprovechada por su rival.

Stan Wawrinka era consciente de que la imagen ofrecida en el debut de las ATP World Tour Finals frente a Kei Nishikori no era propia del ganador de tres Grand Slams, y buscó junto a Magnus Norman la forma de dejar en el olvido aquel aciago partido. Marin Cilic aparecía como un muro complicado, pero la estrategia de Wawrinka para sobrevivir en la aristocracia tenística mundial tiene dos pilares: trabajo y cabeza fría. Lo primero lo venía ofreciendo desde el día anterior, cuando estuvo dos horas entrenando duro para intentar recuperar sensaciones sobre la pista. Lo segundo vino solo, resistiendo los constantes bombardeos de Cilic y sabiendo sufrir cuando llegaron los errores con el servicio.

Así consiguió Wawrinka ganar el primer set, que llegó hasta el tie break con los servicios de ambos inmaculados. En los momentos de todo o nada tiene muchas más tabla el suizo que Cilic, por lo que el parcial cayó de su lado con aparente sencillez. Ya en la segunda manga intentó el gigante croata reaccionar, forzando un break tempranero con el que intentó hurgar en la moral de Wawrinka. Estaba muy equivocado el de Medjugorje, pues Wawrinka se rehízo del traspié con naturalidad y pudo guiar el set por los derroteros que más le interesaban hasta que terminó haciendo que Cilic estrellara su raqueta contra la pista con 4-4. A partir de ese momento el partido se limitó a ser pura gestión -y puros reveses- hasta llegar al tie break, donde el suizo pudo asegurar su primer triunfo en el grupo John McEnroe.

Si las ATP Finals se basan en demostrar maestría, Stan Wawrinka ha cumplido la cuota con su partido frente a Marin Cilic, pasando de una imagen totalmente apática y desganada a una concentración a prueba de las bombas que le enviaba el croata en cada servicio. Dar por enterrado a Wawrinka en un torneo siempre es temerario, pero más aún si el torneo da margen de error, como es el caso del torneo de maestros.